La épica del ciclismo
Las bestiales “herraduras” de La Camperona
La Vuelta a España, este año 2014, tuvo uno de sus finales de etapa en un pequeño puerto leones. Era el remato para los 200 km. que separan Santander de La Camperona, para abrir boca se ascendía por el camino San Glorio y la zona de Riaño.
Ya en su presentación se anunciaba como descomunal la subida que iban a tener que afrontar los ciclistas en el tramo final de la etapa. Apenas 3 km, si, pero con una subida media del 15%. Su rampa supera el desnivel de puertos míticos en la Vuelta, como la subida de Ezaro (14,1%), la Bola del Mundo (10,6%) o el Cuitu Negru (14,1%). En La Camperona se encontraron con una rampa máxima es del 28,3%. Para subir se necesitan pistones, no piernas.
Uno de tantos pozos mineros abandonados al lado de Sotillos de Sabero
Tantas veces pasamos con la moto por la cercana carretera que lleva de Boñar a Sabero y, hoy domingo, aprovechando una mañana esplendida de noviembre enfilamos la carretera desde León hasta Barrio de Nta. Señora, seguimos hacia Boñar y a la entrada tomamos el desvía para Cistierna. La CL-626 cruza por Grandoso y LLama de Colle, al llegar a Sotillos de Sabero tomamos el desvío hacia el pueblo.
Apenas 200 m. y vemos el comienzo de la subida, señalizado hacia la derecha. Comienza el ascenso a La Camperona, 3 kilómetros de subida por una carretera que siempre fue conocida en la zona como “La Cuestona”. Su origen es dar acceso y servicio al repetidor de televisión que hay en la cima, hoy acompañado de diversas antenas. La cima: 1.597 m. de altura.
Hasta llegar a Sotillos la carretera es magnifica, bien asfaltada y con arcenes. El paisaje de la comarca minera acompaña para un paseo en moto. Desde Sotillos la subida es estrecha, a tramos ondulada y ha sido parcheada para la llegada de la Vuelta.
Pensaba encontrarla en mejor estado, tal vez reasfaltada para el evento, pero no. Algún tramo corto reparado, pero la mayoría ondulado y con gravilla. Comenzamos una suave y tranquila ascensión. Llegamos a las primeras curvonas, la pendiente empieza a ser dura y sostenida.
A medida que ascendemos las curvas de herradura dan paso a auténticos muros. Ganamos altura y comenzamos a ver el espectacular paisaje de la montaña leonesa. Cada metro de la carretera está pintado animando a los ciclistas o con las más variopintas reivindicaciones. Hay que echarle dos h….. para subir en bici estas rampas.
Antes de llegar al alto hay un camino ancho a la izquierda que da acceso a esta zona de merendero. Garantía de buen paisaje, pero… no se si no habría que compartir el avituallamiento con los cientos de moscas y avispas que pululaban por el ambiente… además, estábamos solos y eran todas para nosotros.
En el alto de La Camperona
En la cima una buena explanada, al lado del edificio de las antenas. Buen lugar para dejar la moto y dar un corto paseo por el entorno, buscando las mejores vistas.
La montaña leonesa, desde el Alto de La Camperona
A esta altura, una espectacular vista de 360º permite ver muchos kilómetros de montaña y los pueblos del valle. Otro día subiré con el objetivo de 8 mm, a ver que se puede hacer.
Vistas…
Hacia Riaño, los macizos más grandes
…más vistas…
Hacia el norte, la montaña…
…al sur, los pueblos mineros Sotillos, Olleros y Sahelices de Sabero
Da igual donde miremos. La vista se pierde en un paisaje kilométrico
…la última panorámica…
Bajando…menudo paisaje
Como no traemos comida suficiente para compartir con todos los insectos voladores que nos acompañan en la cima, iniciamos la bajada.
Desandamos el camino hasta Boñar, seguimos por la misma CL-626 hasta La Vecilla, donde enlazamos con la carretera que transcurre por la ribera del Curueño. Una clásica de las motos, por el bonito trayecto de curvas suaves y buena carretera que transcurre por los pueblos del Curueño.
En la Mata de Curueño, nos detenemos en la buena cocina del restaurante Las Colinetas, donde bordan el pulpo, las carnes y el tema de las setas. Recobramos la presencia de animo, y reconfortados por la frescura del licorcillo de aguardiente y menta regresamos a León.
Excelente crónica, en moto tiene que ser espectacular.
ResponderEliminarGracias por compartirla.
Saludos
Si... espectacular en moto, e impresionante que se pueda subir a lomos de una bici.
EliminarUnos cuantos lugares como este esconde el norte de la provincia.
Saludos y gracias a ti por comentar
Revisitaremos en breve y de paso esperamos a que los insectos hibernen. Anoto el restaurante.
ResponderEliminarSaludos.
Hola, Cristalines
EliminarLa primera referencia a La Camperona la vi en tu blog. Es zona de paso y me había quedado con la copla para subir cuando hubiera oportunidad.
Ahora se puso de moda con el tema de la vuelta. Aunque el asfalto está -mas o menos- como lo debiste de encontrar tu en su día.
Saludos y gracias por el comentario. Sigo tus escapadas por las cercanas tierras asturianas con mucha envidia...
hoy dia de la inmaculada he subido la camperona en compañia de Faty y la hemos subido en 33 minutos a Marcha Nordica osea con bastones habiendo empezado en la Ercina y terminando en Boñar es una gozada
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