La Plaza de Londres
Con diferencia, me pareció el entorno urbano más bonito y equilibrado de Londres. La gran ciudad no tiene una arquitectura monumental que asombre a los viajeros; en París, Roma u otras ciudades italianas si encontramos ese atractivo único que, en mi opinión, no hay en Londres.
Compone con Picadilly Circus y Leicester Square un triangulo que enmarca el centro de la ciudad.
De noche Picadilly y Leicester llenas de movimiento y mucho ambiente en su entorno; Trafalgar muy tranquila, con una buena vista al sur, hacia la gran avenida de Whitehall, plagada de edificios administrativos –incluido el 10 de Downing Street- que nos lleva hasta Westminster. Este entorno oficial, que de noche no tiene ninguna vida, seguro que contribuye a a darle ese aspecto de lugar para una pausa.
Es un gran espacio abierto, con la columna de Nelson en el centro, bordeada por dos grandes fuentes y 4 impresionantes leones de bronce. Estos dan mucho juego a los visitantes que fácilmente trepan hasta su nivel para hacer fotos.
El ambiente y movimiento de Trafalgar Square esta disponible las 24 horas del día, en directo, gracias a estas webcam que nos muestran la plaza desde diferentes ángulos.
Presidida por la National Gallery, se abre delante de ella una gran terraza y la escalinata que desciende hasta el nivel de la plaza. Es el lugar ideal para sentarse a descansar y disfrutar del relajado ambiente que ofrece al atardecer. Al este se sitúa la iglesia de St Martin's in the Fields y un poco más allá Charing Cross –el centro del centro- desde donde se miden todas las distancias en Londres.
La National es visita obligada, en ella se encuentra una excelente y compacta colección de pintura en la que destacan obras holandesas –Los girasoles de Van Gogh-, españolas –la Venus del espejo de Velázquez-, y grandes obras maestras de la pintura italiana –Caravaggio, Bellini, Leonardo, Rafael-, en esta parte del museo admiramos el retrato del Papa Julio II (Rafael). Pintura realista que ya era famosa en su época por la impresión que causaba su contemplación a los que conocieron al Papa Giuliano della Rovere. “Producía temor sólo con mirarlo, como si estuviese vivo”, dijo Vasari.
Julio II trascendió en la historia más como guerrero que pastor de almas, sin olvidar su importante mecenazgo artístico. Patrocino a Rafael y a Miguel Ángel, al que encargo las pinturas de la Capilla Sixtina.
Inolvidable obra, con un análisis psicológico del personaje que recuerda al que Velázquez hizo en su retrato de Inocencio X y que tuvimos ocasión de admirar en la Galería Doria Pamphili de Roma. La historia cuenta que, en aquella ocasión, cuando el Papa vio su retrato sólo pronuncio dos palabras:”demasiado realista”.
A la vuelta de la esquina de la National encontramos la National Portrait Gallery, colección de retratos de personajes británicos famosos. Su interés –y la calidad de lo que ofrece- es muy dispar; solo es aconsejable su visita si estamos muy sobrados de tiempo. En cambio, disfrutar del entorno de Trafalgar Square y visitar la National son tarea obligada.
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