Malmö, al otro lado del puente
En el viaje a Dinamarca de Septiembre nos quedamos con las ganas de cruzar el puente que une Copenhague con Suecia. Elegimos el domingo, que no habría mucho que hacer en Copenhague, y a las 10 de la mañana nos vamos a la estación de tren. No consultamos horarios, pues sabemos que cada 20 minutos o media hora hay un tren con destino a Malmö.
En 10 minutos sale el próximo y en apenas 35 nos habrá dejado en nuestro destino. Tras pasar por el aeropuerto y cruzar un túnel marino de unos 4 Km. el recorrido continua brevemente por una isla artificial y desde ella, los últimos 8 km. vuela a 50 metros por encima del mar.
Impresionante obra de ingeniería, visible a muchos kilómetros de distancia, inquietante puente sobre el mar con dos pilares centrales que superan los 200 metros de altura.
El recorrido del tren transcurre por debajo del nivel de la carretera, seguro que es todavía más espectacular. Disfrutamos de unas bonitas vistas, tanto de los parques eólicos marinos como de la aproximación a Malmö, con el rascacielos proyectado por Calatrava – el Turning Torso- retorciéndose en el horizonte y que hace al skyline de Malmö inconfundible. Es el nuevo símbolo de la ciudad.
Parece ser que el puente ha revitalizado la económica de la zona. Malmö con fama de ciudad industrial – habitualmente quiere decir fea-, y nosotros la encontramos atractiva, con arquitectura moderna en contraste con edificios antiguos muy bien conservados, plazas animadas –a pesar de ser domingo- y algunos comercios, librerías y centros comerciales abiertos. La vida mas barata que en Copenhague, se apreciaba en las compras que hicimos o simplemente en la cuenta de las cafeterías o restaurante (1€=11 Coronas suecas aprox). En la ciudad vemos muchos edificios de ladrillo rojo, con aspecto de haber sido antiguas fábricas o talleres, hoy reconvertidos en negocios modernos.
Desde una bonita estación de ladrillo, con interesantes locales con mucho diseño en su interior, comenzamos nuestra visita a esta tranquila ciudad, la tercera de Suecia por habitantes, con unos 280.000.
Guiados por la aguja de la Catedral, nos dirigimos a su parte antigua. En un breve paseo llegamos a la Plaza del Ayuntamiento – Stortorget-, donde vemos el elegante Ayuntamiento del siglo XVI de estilo renacentista alemán. A su izquierda se encuentra la residencia del Gobernador.
En la plaza encontramos otros dos edificios muy llamativos, la Apoteket Lejonet –farmacia del León- o palacio Teschska, antigua farmacia fundada en 1571. Las farmacias utilizaban símbolos de animales para distinguirse unas de otras. Y la casa de Jörgen Kock, poderoso alcalde y dueño de la casa de la moneda durante el siglo XVI.
La antigua farmacia “Apoteket Lejonet” y la casa de Jörgen Kock en la Stortorget
Detrás del Ayuntamiento llegamos a S. Petri, la Catedral de Malmö, es uno de los edificios más antiguo de la ciudad.
Con una vistosa torre, de finales de 1800, pues parece ser que ha sido derribada un par de veces. Su aguja es visible desde la mayor parte de la ciudad.
Desistimos de hacer una breve visita, pues en ese momento se celebran oficios religiosos.
Desandamos nuestro camino, y por la calles peatonales vamos en dirección a Lilla Torg –“Plaza Pequeña”- una antigua y bonita plaza adoquinada, diseñada hacia 1600, donde encontramos tradicionales casas antiguas con entramado de madera y algunos siglos de historia. La plaza se ha convertido en una tranquila zona de terrazas y esta plagada de cafeterías y restaurantes.
Un corto paseo nos lleva hasta la Gustav Adolf Torg, y en una esquina de la plaza nos encontramos un antiguo cementerio, céntricamente situado. Integrado en el entorno, más se asemeja a un jardín que a la imagen que nosotros tenemos de ellos –y de los que apetece salir corriendo-. No debe de ser mal lugar, por las inscripciones vemos que la mayor parte de sus usuarios llevan allí desde principios del siglo XX. No constan quejas ni abandonos.
Estamos cerca del mediodía y Malmö empieza a animarse, encontramos un centro comercial abierto y aprovechamos para hacer algunas compras. Además sirve para quitar el “mono” que entra en Dinamarca cuando transformamos los precios de Coronas Danesas a Euros.
Una vez reconfortados por nuestra vuelta a la sociedad de consumo encontramos en nuestro camino la Iglesia de St. Johannes, de llamativo estilo Art Nouveau, y levantada a principios de 1900.
Interior sobrio y atractivo, pasamos en ella un agradable tiempo recorriéndola. Es una de las mayores de Malmö. Dentro no había nadie. Sonaba, a todo volumen, un moderno órgano que nos hizo alargar la visita mientras escuchábamos su maravilloso sonido.
Nuestro paseo continua por las avenidas próximas a la Iglesia, parece ser que en otra época –seguramente con la ciudad más pequeña- ya no formaban parte del centro. Encontramos muchos edificios de ladrillo que aspecto de haber sido fábricas o talleres. Alguno continua siéndolo como una fábrica de chocolate. Otros reconvertidos en oficinas, comercios o centros de ocio.
Simpática banda a la entrada de la Stortorget. En algunos momentos, con músico en vivo incluido.
Volvemos hacia el centro buscando un sito donde reponer fuerzas y descansar un rato y en la Plaza del Ayuntamiento encontramos la terraza del Wayne´s Coffee, estratégicamente situada en una esquina. Son las 3 de la tarde y aunque el sol luce de manera esplendida, empieza a correr una “brisa del norte” que nos anima a sentarnos dentro y no quedarnos en la terraza. El sitio es un acierto, hay variedad para reponer fuerzas y –lo que es mejor- unos sofás que a esa hora se nos antojan insuperables, perfectamente situados al lado de las cristaleras desde las que seguimos tomando el pulso a Malmö.
Por la tarde hay una gran animación en las plazas centrales. En el escaparate de una céntrica librería vemos que Ruiz Zafón también triunfa en Suecia. Nuestro recorrido continua hacia el este de la ciudad, paralelo al puerto y a un céntrico canal que la atraviesa.
En la esquina de la Ostergatan con laHumlegatan, encontramos una antigua casa de principios de 1600, la Diedenska huset muy cerca la Thottska huset, la casa más antigua de Malmö, construida en 1567.
Estamos en el distrito de Santa Gertrudis, donde se conservan 19 edificios antiguos magníficamente restaurados.
Acaba nuestro día en Malmö. No queremos irnos sin contemplar, aunque sea en la distancia el rascacielos de Calatrava. El Turning Torso es la imagen del futuro de esta bonita ciudad. Sobrepasando la estación nos a cercamos a la zona del puerto y con el teleobjetivo nos llevamos el recuerdo del impresionante edificio que se retuerce sobre si mismo. Noventa grados desde la base a su máxima altura (190 m). Es un moderno edificio de oficinas y casas de lujo que ha sido considerado como el mejor diseño residencial del mundo.
En una tarde primaveral, con el Báltico como una balsa de aceite nos despedimos de Malmö. El tren cruza el vertiginoso puente de Oresund, y en media hora nos devuelve a Copenhague.
Bye, bye, Malmö
Vaya resumen del viaje!
ResponderEliminarEs una joya que llevaré conmigo cuando vaya para allá.
Un abrazo
Saludos, Olissipo:
ResponderEliminarSuecia parece un buen destino, sobre todo para esta época que vamos. Así que hay que animarse a preparar la maleta y luego enseñarnos unas fotos.
Un abrazo
Pues Malmö será la sede del Festival de Eurovision 2013, ¡cómo me lo voy a pasar!
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