“A dos leguas de Donostia, por el lado de Francia, se ve un puerto natural… cuya entrada es más segura que la de ningún puerto de Europa. Lo saben en Madrid, pero jamás han pensado en trabajar en él…”
Relato anónimo (1765) publicado por José García Mercadal (Viajes de extranjeros por España y Portugal )
Ría de Oyarzun, vista desde Pasajes de San Juan
Unos cuantos siglos se remonta la fama del puerto natural de Pasajes. uno de los destinos previstos durante el viaje por el País Vasco. Es lunes, hay un día primaveral, las nubes y el agua que nos acompañaron ayer -en la Ruta de los Tres Templos- dejan paso a un sol que calienta con fuerza.
La “hoja de ruta” prevista para hoy es un viaje costero: Pasajes de San Juan, el Jaizkibel, Hondarribia, Bayona, San Juan de Luz, … tal vez hasta Biarritz.
No llegamos a cruzar la frontera, acabamos el día en Hondarribia. Tuvo la culpa el magnifico día y el encanto del primer destino elegido, Pasajes de San Juan (Pasai Donibane), donde transcurrió la mayor parte del día. Nos dejó un imborrable recuerdo en nuestras cortas vacaciones.
Puerto, a la entrada de Pasajes de San Juan
Salida al mar de la ría del Oyarzún
Zarautz es durante unos días el punto de partida. Queremos realizar el trayecto lo más pegados posible a la costa, llegando a Donosti bajando desde el monte Igueldo. No es posible, la carretera de subida está cortada por desprendimientos y nos desviamos a desayunar en la playa de Orio. Hay un día esplendido.
Astillero, en la zona portuaria industrial
Cruzamos San Sebastián por carreteras de circunvalación y bajamos hacia Lezo y Pasajes. Es un municipio singular, formado por 4 distritos situados en torno a la ría del Oyarzun.
Dos vistas de los distritos moderno, al fondo, prácticamente unidos a San Sebastián
Los distritos nuevos de Pasajes –Trincherpe y Pasajes Ancho-, son una prolongación de San Sebastián. Construcciones modernas que carecen de interés para el visitante.
La otra orilla, Pasajes de San Pedro
Pasajes de San Pedro, desde el barco
Los otros dos distritos –Pasajes de San Pedro y San Juan- están frente por frente en la ría. El primero tiene cierto atractivo, siendo Pasajes de San Juan el más pintoresco. En sus calles encontramos los edificios con más interés, un magnifico paisaje y un paseo excelente por la orilla de la ría.
Amarre del barco –ahora a motor- que, continuamente, hace el corto viaje de una orilla a otra.
No falta el homenaje al antiguo oficio de “barquera”, patrimonio femenino durante generaciones.
A Pasajes de San Juan podemos llegar desde el distrito de San Pedro, cruzando la ría en la típica barca que hace el trayecto entre las dos orillas, por su parte más estrecha. O acceder por carretera, 7 Km. de propina, bordeando la ría y cruzando el pueblo de Lezo.
No llegamos hasta Pasajes por casualidad, sino por recomendación de guías y viajeros. De su buen criterio nos hacen dudar las barriadas que cruzamos. Construcciones de la expansión industrial, grises y uniformes; gigantescas grúas rompiendo el horizonte del puerto y montañas de chatarra. Nada que no sea típico de los suburbios obreros de una gran ciudad o puerto industrial y que nada bueno presagian… pero no conviene fiarse de las apariencias.
A la entrada de Pasajes de San Juan se acaba la carretera, el pueblo está peatonalizado, enseguida veremos porqué. Dejamos el coche en un aparcamiento descubierto y comenzamos el recorrido.
Donibane Kalea
Enfilamos la calle principal - San Juan (Donibane Kalea)-, y casi diría que la única del pueblo. Por si sola forma el casco antiguo de la población, discurre paralela a la ría.
Antiguos caserones, en un entorno privilegiado
Pronto vemos el encanto que desprende, paseando por esta calle adoquinada, estrecha, larga y tortuosa, entre antiguas casas pegadas al muelle, muchas de las cuales se salvan a través de pasadizos abovedados. Por ellos sopla una fresca brisa mañanera y marinera. Unas pocas construcciones trepan ladera arriba. Pasajes desprende el sabor de antiguo puerto pesquero, en el que se mezclan sencillas casas de pescadores y construcciones señoriales.
¿Fortaleza?, ¿Mansión?; tal vez las dos cosas
Nos encontramos con la casa Gaviría –conocida como la Casa de Víctor Hugo-. En ella residió el genio francés durante unos días en 1823. Su estancia en la zona quedo inmortalizada en el libro Alpes y Pirineos.
La Casa de Víctor Hugo es un pequeño museo, en la planta baja se encuentra la oficina de turismo. Recogemos el mapa con las indicaciones más interesantes y nos informan de que es el último día –hasta la temporada de verano- que sale el barco turístico por la ría. Como el tiempo acompaña no dudamos en sacar billete, y aprovechar la oportunidad para conocer el prometedor paisaje desde otro punto de vista.
Visitamos las estancias donde Víctor Hugo pasó unas semanas en su viaje Pirenaico. Se exponen diversos documentos y grabados. Las habitaciones, amuebladas de forma similar a como lo estarían en su época. Pasaia acogió a otros visitantes ilustres. De aquí partió Lafayette –en 1977- dispuesto a colaborar en la independencia de Estados Unidos, y fue visitada por el célebre naturalista alemán Alexander Von Humboldt.
Plaza del Ayuntamiento
Hasta la 1 de la tarde tenemos tiempo para un buen paseo. Seguimos la calle para llegar al único espacio despejado en Pasajes; la Plaza del Ayuntamiento.
Con un lado abierto a la ría, la plaza está plagada de terrazas y restaurantes. Antiguas casas con la madera pintada de vivos colores, los balcones son el mejor sustento para Ikurriñas, alguna “estelada” y mensajes reivindicativos en Euskera.
Vemos durante los días de viaje como pueblos industriales y localidades pequeñas son los bastiones del separatismo. No hace falta ser muy observador para catalogarlos, un simple vistazo a las banderas izadas en el ayuntamiento despeja cualquier duda.
Vistas de la Plaza del Ayuntamiento
El caserío cuidado, y bien conservado
A estas horas las terrazas tienen imán, pero tenemos el paseíto en barco…
Hay tiempo para alargar el paseo hacia la desembocadura de la ría; el camino pegado al agua, no puede ser más agradable…
Las vistas no se quedan atrás. El recorrido hasta la punta es un lujo. Ya somos conscientes de que no vamos a llegar muy lejos en el viaje previsto para hoy, estamos descubriendo un paraíso carente de los peligros del bíblico y vamos a disfrutarlo. Aquí, con las traidoras manzanas hacen sidra…
Regresamos hacia el embarcadero a paso ligero. Vamos a ver que nos depara el paseo en barco por la ría de Pasajes.
Comenzamos con una bonita vista del puerto que acabamos de abandonar…
… Pasajes de San Juan va quedando atrás, nos acercamos a la otra orilla: Pasajes de San Pedro…
… es más pequeño, pero vemos algunas construcciones interesantes…
… seguimos hacia los distritos modernos. No tienen mucho encanto, por no decir ninguno…
…la travesía continua por el puerto industrial. Grandes barcos, grúas y chatarra a “punta pala”. Montañas de chatarra, rodeadas de construcciones industriales de todos los tamaños…
… es grande el puerto. La ría se abre alcanzando buena anchura. Por aquí se hace un poco largo el recorrido, estamos deseando que nos vuelvan a llevar a la zona “tradicional”…
… enfilamos, de nuevo, hacia el lado bueno. “Eskerriz asko” (muchas gracias) al hombre del tiempo vasco…
…¡¡ Que cielo nos ha puesto para las sesión de fotos!!. Están en todo, decorado insuperable…
…dejamos atrás las grúas y bordeamos toda la costa de Pasajes de San Juan…
…no nos cansamos de contemplar este paisaje…
…que nos den otra vuelta, pensamos…
…vemos que nos llevan camino de la salida al mar abierto…
… que no se diga que no navegamos por el Cantábrico…
… Uhmm, esto no es la piscina natural de la ría… el barco adquiere un movimiento sospechoso… Después de esta foto mandamos quitar las nubes; que espectáculo…
…volvemos a navegar por aguas tranquilas; mejor…
…en el espigón de la izquierda intrépidos bañistas. Esto es el Cantábrico, en Abril…
¡¡ No se va a bañar un vasco, pues, con el día que hace !!…
…navegamos por la orilla de Pasajes de San Pedro…
… un pequeño astillero…
… a la vista, el paseo que antes recorrimos a pie..
…nos vamos acercando al punto de partida…
…La vista desde el mar ha sido una buena opción. Una hora larga de paseo…
…Increíble, como abre el apetito la navegación…
…Tenemos echado el ojo a la terraza del Yola Berri …
…ya pasan de las dos, buen ambientillo en la Plaza…
…la última foto desde el barco.
Buscamos buena sombra en la terraza, y a ver pasar la vida. Acertamos con el sitio, en el Yola Berri buenas y variadas raciones acompañadas de refrescante sidra –hoy dejamos el Txacolí-. Larga sobremesa para recobrar la presencia de animo.
Tu otro banco, en Pasajes de San Juan
Nos resistimos a dejar Pasajes de San Juan sin volver a recorrer, con toda la calma de mundo, el trayecto hasta la desembocadura de la ría. Es la hora de la siesta y no hay gente.
Desde tierra siguen las vistas interesantes. Nos vamos acercando a la punta…
Algunos, con más suerte, están preparando los aparejos…
…camino del mar abierto, a pasar buena tarde.
Final del paseo, se puede seguir trepando por el camino que sale pegado al ultimo chiringuito con terraza. A este paso subimos el Jaitkibel andando…
Pero lo vamos a subir en coche, camino de Hondarribia, y un poco vivos que se nos pasa la tarde. Otra historia y más fotos para la siguiente entrada del blog.
¡¡¡ Que día !!!
Hace una década llegué, por motivos profesionales, a Pasaiako Portua. La zona vieja de Pasajes y Lezo de lo mas tradicional y bonita. Pero, entre ruidos de chatarra descargadas de los buques, y banderas poco amistosas, mis recuerdos se entroncan en un querer y no poder.
ResponderEliminarMil gracias, amigo, por llevarme de vuelta al pasado.
De verdad.
Gelu.
Hola Gelu,
EliminarDurante estos dias tuvimos la oportunidad de conocer sitios con mucho encanto, siempre vistos desde la perspectiva del viajero de paso, que, seguro es muy diferente de la que tiene el que llega para hacer del lugar su residencia habitual o profesional.
En más de uno -siempre pequeño- notamos como eramos objeto de atención, seguramente por la cantidad de fotos. Quieras o no acabas teniendo cuidado con el encuadre que haces para no molestar a nadie.
Como tu dices, para ciertas profesiones, son lugares muy dificiles. Simbolos y carteles en los que entendemos muy pocas palabras se encargan de recordarnos de que va el tema, por lo menos para algunos.
La gente que tuvimos oportunidad de entablar conversacion se portarón de maravilla, mostrando sus ganas de agradar y su interes por recomendarnos los lugares que merecia la pena conocer.
Gelu, saludos y gracias por el comentario.