El valle más “salado”
El insólito paisaje de las salinas de Añana, en el interior de Álava
Unos días de vacaciones en el País Vasco, en Semana Santa, nos llevaron a conocer algunos lugares y rutas singulares. Nuestro primer destino era Vitoria, para hacer más llevadero el viaje buscamos algo interesante antes de llegar a la capital Alavesa.
Descubro en internet las Salinas de Añana. Para empezar resulta llamativo su emplazamiento, uno no acostumbra a encontrar una explotación salinera a 100 Km. del mar. Si la ubicación ya despierta interés,… las fotos todavía más.
Santa Gadea del Cid, el caserío desde el castillo
Desde León apenas 3 horas de viaje. En Pancorbo se toma el desvió hacia la CL-625. Nos lleva pasando por el histórico pueblo de Santa Gadea del Cid y aprovechamos para conocerlo.
Pueblo muy bien conservado, bonita plaza con soportales de madera, una gran iglesia y, a un paso, las ruinas del castillos. Desde él, un buen paisaje.
Paseamos por las dormidas calles del pueblo a media mañana de Viernes Santo. Solo nos faltó encontrar un bar abierto, a pesar del buen tamaño del pueblo no hubo manera…
Las salinas, laberinto de madera, agua y sal
Seguimos viaje, Añana está a un cuarto de hora (15 Km). Antes de llegar a Espejo tomamos el desvió –perfectamente señalizado-. La carretera comienza a serpentear. Buen día, primaveral a tope; no se cumple la predicción del tiempo, anunciaban nublado, y nos espera un sol espectacular, con temperatura veraniega.
Iglesia de Añana, desde las salinas
Añana está animado a tope, la carretera cruza el pueblo, situado a la izquierda. En el margen derecho el blanco valle salinero refulge bajo el sol del mediodía.
La carretera pica hacia arriba y desde ella se ve bien toda la infraestructura de las salinas, pero lo interesante no es verlas, sino recorrerlas.
…complicado aparcar, un par de vueltas y tenemos la suerte de que se va un coche en la misma entrada de las salinas.
Las salinas han creado una peculiar arquitectura en el valle. Trabajadas a mano, metro a metro.
Para visitar las salinas es conveniente reservar. Solo hace falta consultar la web (elige tu visita) y seleccionar el tipo de recorrido que deseamos, nos muestra el idioma y las horas disponibles. No hace falta llevar nada ni pagar la entrada (6 €). Se hace en las instalaciones. Resultó acertado, pues vemos como muchos visitantes preguntan y solo hay horarios disponibles para la tarde. El recorrido durara algo más de 1 hora; si llegas hasta aquí merece la pena –o mejor, es imprescindible- conocer las salinas por dentro.
Recepción y tienda comparten el mismo espacio, como queda algo de tiempo hasta nuestra hora -las 12,45- vemos los distintos tipos de sal que venden y nos llevamos la prueba de 3 clases. La venta de estas sales gourmet es el principal sustento de la instalación parar recuperar las salinas. Nos dirán que los ingresos que deja su comercialización son superiores a los que obtienen de las visitas.
Comenzamos la visita, nuestra guía nos explica lo que vamos a ver y un poco de historia del lugar. Tenemos a la vista unas salinas centenarias, o más bien milenarias, pues se conocen asentamientos en la zona desde la antigüedad. En la Edad Media, la producción y el comercio de la sal hicieron de Añana una de las ciudades más prosperas del norte.
¿Por qué hay sal en Añana? El mar y 200 millones de años tienen la culpa. La zona estuvo cubierta por un océano que dejó una capa de sal de varios kilómetros de espesor y se fue cubriendo por diversas capas de estratos a lo largo del tiempo. La diferencia de densidad entre estas capas hace que la sal ascienda a la superficie en puntos muy concretos.
En Añana hay varios manantiales salinos con una concentración cercana al punto de saturación (250 gr. de sal por litro). El caudal diario es cercano a los 260.000 litros de salmuera.
Podemos tocar la sal que cubre las canalizaciones de madera por donde circula la salmuera pero nos indica que no la arranquemos, sirve de protección a la madera.
4 km de canales –llamados royos- transportan el agua salada
Todo el recorrido iremos acompañados del suave murmullo del agua canalizada que recorre, durante cientos de metros, la instalación. Canales de madera de pino, blancos como la nieve por fuera y de color arcilloso por dentro. Hay que probar el agua. Meter la mano en la salmuera y sentir el agradable sabor con el punto salado.
Aquí la sal se obtiene por un antiguo método “exprés”. Increíbles estructuras de pilotes de madera sustentan las terrazas de pequeño tamaño (unos 4 x 4 metros), donde manualmente se vierte una fina capa de salmuera. Se remueve frecuentemente para ir acumulando la sal de forma adecuada y en 3 días hay que obtener el producto final. No hay más tiempo, como bien nos dice la guía:”Esto no es Torrevieja, aquí llueve con mucha frecuencia y si el tiempo de espera para la evaporación fuera largo sería imposible”.
Canalizaciones recubiertas de sal
Toda una explotación salina levantada a mano con técnicas centenarias que conocen muy bien los salineros de la zona.
El recorrido es un bonito paseo por los caminos de madera, siempre con los canales al lado, bordeando las parcelas donde la sal se deja ver más o menos según el grado de evaporación.
…más madera…
Las terrazas levantadas sobre el posteado; así vistas parece un trabajo de chinos
Debajo, a la sombra y en lugar seco, se almacena la sal extraída
Más madera en los artilugios artesanales utilizados para sacar el agua de la canaleta y llenar la parcela de salmuera. La arcilla también tiene aquí su misión. Se emplea en los cortes de los canales que dirigen el agua para taponar la salida oportuna y llevarla donde quiere el salinero.
Desde el valle un paisaje singular nos alegra la vista. El blanco salino –como la nieve- enmarca el caserío de Añana.
En la parte final encontramos las parcelas patrocinadas por grandes cocineros españoles. 22 estrellas Michelín apoyan este proyecto, y consumen la sal que aquí se produce en sus restaurantes de alta cocina.
Martín Berasategui, Subijana, El Celler de los hermanos Roca, Dani García… buenos embajadores de la sal de Añana
Parcela del Mugaritz
La visita finaliza en el rustico “Spa salino”, donde puedes meter pies y manos en la salmuera. Con el día tan caluroso secamos rápido. Nos queda en la piel una imperceptible, suave y deslizante capa de sal. La sensación es como si nos hubiéramos dado crema de manos.
Desde la entrada, salinas y, a la derecha, el spa salino
Las Salinas de Añana estaban propuestas para ser declaradas Patrimonio de la Humanidad en este año 2014. Los primeros días de mayo leo en la prensa como se ha desestimado la candidatura. Una pena; parece ser que queda trabajo por hacer para conseguir que este paisaje singular alcance tan importante categoría.
El Valle Salado tendrá que esperar para ser declarado Patrimonio de la Humanidad
Algunos vecinos comentan las carencias, entre ellas la falta de infraestructura del pueblo. Lo comprobamos de primera mano. Realmente era complicado aparcar en un día excelente y con mucha gente acudiendo a conocerlas. Peor aún, entre estas carencias está la falta de locales de restauración. Añana llegó a tener 12 bares. Creo que hoy solo queda un restaurante –que encontramos abierto- y de cierto nivel. No quedamos a comer ni a tomar pinchos, era tarde y la oferta muy limitada. Buscamos terraza un par de pueblos más allá, con Nanclares de Oca a la vista.
Añana podría –puede- obtener mucho más beneficio de los visitantes que acudimos a conocer el singular paisaje de las salinas y solo dejamos unos euros, entre la entrada y la compra de sal. Sin infraestructuras adecuadas se escapan los posibles beneficios. Entre los dedos, como sal diluida en agua.
Una entrada muy salada Carlos ;-). Otra que apunto, y buen apunte el de la reserva que ya de llegar allí hay que aprovechar la visita. En Imón encontramos otra salina peeo mas pequeña.
ResponderEliminarSaludos.
El hombre buscando recursos allí donde nadie se lo espera...unos tienen petroleo, otros diamantes..nosotros sal...y bien buena.
ResponderEliminarBuena, como la entrada.
Saludos.
Gelu.
Cristalines, un paisaje sorprendente a una distancia apta hasta para llegar con la moto.
ResponderEliminarSaludos,
Gelu, como bien dices es una sal de altísima calidad. Una docena de los mejores cocineros de este pais la emplean en sus restaurantes.
ResponderEliminarSaludos, y gracias por comentar.