De vuelta al “Circus”
En el último viaje a Londres, finales de Mayo, volvemos a recorrer las grandes avenidas Londinenses. Busco la oportunidad –otra vez- para detenernos unos minutos en Oxford Circus.
El ambiente de la calle comercial más grande del mundo, y sus dos kilómetros de tiendas, se resume en el cruce con la Regent Street y la estación de metro.
Aquí se siente la sensación de que vamos a ser arrollados por la interminable fila de autobuses que circulan en todos los sentidos. O tal vez engullidos por la boca del metro, envueltos en la avalancha que desaparece por el sumidero humano de la plaza.
Cambia el semáforo y la riada automovilística deja paso a la riada humana. Cientos de personas cruzan en todas las direcciones. Otras permanecen ajenas al tumulto. Al lado mismo del paso de peatones el fotógrafo y la modelo siguen con su trabajo. Ella cubre su cara con una caja de espejos y la orienta siguiendo las indicaciones del cámara; imágenes de caleidoscopio en el Circus londinense.
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