Decadencia en “conserva”
En Vila Real de Santo Antonio (Portugal) encontramos esta llamativa construcción. Una casona que mantiene parte del esplendor que tuvo en otra época, y hoy, a duras penas resiste contra la dejadez y semiabandono a que parece sometida. Su mejor aspecto se presenta en las fachadas exteriores, herencia de su buena estirpe, mientras en la parte trasera -levantando la vista por encima del muro que la protege- se ven algunas ventanas desvencijadas y otros desperfectos en la techumbre que no auguran nada bueno.
Esta bonita construcción, si sus propietarios o autoridades locales no lo remedian, no mantendrá este aspecto durante mucho tiempo.
En internet encontramos algo de información para seguirle la pista y conocer un poco más de su historia, aunque no hay muchos datos.
Situada en la Avenida da República, con su fachada principal mirando al Guadiana, la casa fue construida en 1926, y en algunas informaciones se adjudica su diseño al notable arquitecto lisboeta Raúl Lino, en otras no se menciona este aspecto.
Su origen está asociado a una de las familias de referencia en Vila Real. Conocido también con el nombre de Antigo edificio Ramírez formó parte del patrimonio de los impulsores de la primera fábrica portuguesa de conservas hasta que fue vendido a la familia Folque, de la que toma su actual denominación.
En 1853 Sebastián Ramírez, de origen andaluz, funda en Vila Real de Santo Antonio la sociedad S. Ramírez para dedicarse a la fabricación de salazón de atún. Conservas Ramírez sigue hoy en manos de sus descendientes y es una de las fabricas más antiguas del mundo. Sus factorías se sitúan en otras localidades portuguesas y aquí, en Vila Real, ya solo parecen “conservarse” –de momento- estos recuerdos de un pasado esplendor.
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