Amberes
Salimos de Bruselas, nuestro destino es Ámsterdam, y recorremos los 50 km. que nos separan de Amberes. Histórica ciudad, por tamaño la segunda de Bélgica, comercial y artística, un importante puerto comercial desde hace muchos siglos. Cuna de Rubens, y parece ser, que lugar de paso de más del 80% de los diamantes que se comercializan en el mundo.
Nos aproximamos al centro bordeando el Escalda, inmenso rio que cruza la ciudad, es domingo y hay poco movimiento. Encontramos aparcamiento al pie del Castillo Steen, a dos pasos del centro, y comienza el recorrido por Amberes –apenas unas horas-.
El castillo, construido en el siglo XIII, alberga actualmente el Museo Marítimo. Es el edificio más antiguo de Amberes y desde el hay unas bonitas vistas del rio Escalda.
Rubens, ya en su época considerado uno de los más grandes artistas de su tiempo -y excelente diplomático-, tuvo su residencia en él los últimos 10 años de su vida.
Guiados por la aguja de la Catedral de Nuestra Señora nos dirigimos hacia el centro.
Es una de las importantes iglesias góticas de Europa, y la más grande de Bélgica Los más de 120 m de la aguja –de estilo gótico florido- se aprecia desde casi toda la ciudad… lastima que el edificio en gran parte de su perímetro, tenga viviendas adosadas. Impiden apreciar la grandeza de la construcción.
Las calles que la rodean son las más turísticas de la ciudad y están pobladas de bares y restaurantes. Llegamos a la sorprendente Grote Markt, bonita plaza, a esta temprana hora solitaria, llena de colorido por las banderas que adornan el edificio renacentista del Ayuntamiento (Stadhuis).
Delante, la fuente de Silvio Brabo, que representa la leyenda que da nombre a la ciudad. Este centurión romano, cortó la mano del gigante que la tenía sometida. De ahí surge el nombre de la ciudad (Antwerpen): Hand = Mano, Werpen = Lanzar.
La plaza responde al modelo de otras plazas mayores belgas. Rodeada por llamativos casas gremiales con fachada escalonada. Como se disfruta viendo con detalle cada una de estas construcciones, con innumerables detalles que realzan sus fachadas. Una de las plazas más bonitas que veremos estos días.
Nuestro paseo siguió por las estrechas calles que bordean la catedral, hasta la Groenplaats, céntrica y animada plaza donde confluyen las calles principales de la ciudad.
Muy ambientada, estaba llena de puestos de comida que representaban a todo los países de Europa. No faltaba el chiringuito valenciano, con la bandera y el toro, preparando paellas. En el centro una gran estatua de Rubens, y desde ella una bonita vista de la catedral.
Salimos de estas calles céntricas y el resto de la ciudad estaba desierto, los comercios cerrados, y nos quedamos con ganas de ver algunas de las exposiciones y talleres –que se pueden visitar- donde exhiben y muestran el tallado de los diamantes.
Pero es lo normal, un domingo, así que cogemos el coche y marcamos en el GPS nuestro siguiente destino: Ámsterdam.
Kerstins blogg: Thank you for the commentary.
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