Acantilados de Beachy Head (Inglaterra)

Vértigo blanco

Beachy Head

Aterrizamos el sábado –26 de Mayo- en Londres y decidimos hacer una de las excursiones previstas hacia la costa inglesa el domingo. Sería mejor un día de diario, pero ya sabemos cómo está por aquí el tema de ver el sol. Así que vamos a aprovechar la temperatura excepcional –por encima de los 25º- y el cielo despejado que nos anuncian para mañana.

Salimos de Croydon con dirección a Brighton; hay mucho tráfico antes de llegar a la autovía. Los habitantes de Londres y cercanías han decidido, como nosotros,  pasar un día de playa.

Unos km de carreteras locales para enlazar con la autovía. La M23 y la A23 completan el trayecto de unos 75 km hasta las cercanías de Brighton.

Nuestro destino principal es el cabo de Beachy Head para ver los acantilados de piedra blanca que enmarcan la costa. El nombre responde a una derivación de su denominación en francés:  “Beauchef ó Beaucheif” (punta hermosa). Considerado como uno de los paisajes naturales más bonitos del Reino Unidos. Películas. Películas como Quadrophenia y 007  Alta Tensión rodaron aquí algunas de sus escenas en exteriores.

El plan incluía llegar a las cercanas ciudades de Brighton y Eastbourne, pero desistimos al ver el atasco al llegar a la salida de la autovía hacia Brighton.

Antes de llegar a los acantilados queremos verlos desde otra perspectiva. No sé qué vista encontraremos en ellos, pero suelen ser lugares poco aconsejables para asomarse mucho y comprobarlo.

Panorámica. Seaford y la gran playa

Así que nos aproximamos por el lado de Seaford, localidad con todo el aspecto de ser una ciudad de vacaciones; turística y playera. Casas modernas de dos plantas se extienden a lo largo del paseo marítimo. Al final una hilera de coloridas casetas dan un ambiente de otro tiempo.

En la extensa playa -3 km- de piedra y gravilla, hay gente tomando el sol. Playa ancha y de grandes desniveles, imagino que causados por la facilidad de las mareas para mover la grava.

Aparcamos el coche al borde de la playa, pega el sol con fuerza y hace calor, atenuado por la brisa del mar. Seaford ya ofrece un bonito paisaje con la playa enmarcada entre las paredes blancas de los acantilados, de altura respetable, en un entorno muy verde.

En la dirección donde debería encontrarse el cabo Beachy vemos unos caminos que ascienden por la verde pradera y para allá vamos, a ver qué vista nos depara la ascensión. Veremos que es una ruta acondicionada para el paseo; a medida que subimos hay una bonita vista del pueblo y la playa. Toda una pradera a lo largo del acantilado que ya deja ver buenas paredes. Es espectacular el color blanco a la luz del sol en este día de verano.

Un campo de golf con vistas. No hay muchos así, recorriendo la cima de los acantilados

A nuestra izquierda los aficionados ingleses juegan al golf. En un entorno envidiable veremos diversos hoyos del campo, por las alturas, en un paisaje único.

Seaford Head, reserva natural

Llegamos a la cima del primer repecho y encontramos la señal que marca la zona como un parque natural. Hay frecuentes avisos de peligro. No conviene acercarse mucho al borde pues este tipo de piedra es blando, muy erosionable por las mareas y temporales que se comen un trocito cada año. Unos 50 cm. de media anual. En uno de los últimos años, con grandes temporales, llegaron a desaparecer 6 metros en algún punto. El mar erosiona la parte inferior y se producen  pequeños derrumbes.

Cuidadin con los bordes del acantilado

En los lugares que se puede uno aproximar al borde se ve como la parte superior tiene forma de cornisa, con el peligro que puede suponer pisar ese terreno inestable.

   Las Seven Sister, 7 suaves colinas ondulantes declaradas Parque Nacional, una 8ª se está formando

Seguimos el recorrido, por un terreno ondulante, muy cómodo para caminar, una gran pradera. En la próxima subida se abre a nuestra vista una gran extensión que deja ver las Seven Sister (Siete Hermanas) y el faro sobre la punta de Beachy Head.

¡¡ Que paisaje !!. La vista se completa con una gran playa de piedra y la ensenada donde media docena de barcos de recreo pasan el día.

Panorámica. Las Seven Sister, y en la punta el faro de Beachy Head

Pasamos unas horas inolvidables en este lugar. Hay acceso a un par de playas de piedra. En la primera una zona de rocas esta concurrida por pescadores que, a caña o a mano, buscan entre los recovecos de las piedras.

En la extensa pradera gente joven, que ha venido a disfrutar del día –no creo que haya muchos así- y prepara el picnic.

A lo largo del recorrido bancos de madera diseminados, para descansar y llenar la vista con el paisaje. En esté enlace algunas fotos donde son protagonistas: Seaford – Tu otro banco.

Desandando el camino, hacia la playa de Seaford

A nuestra izquierda, apenas a 50 metros, en hoyo más del campo de golf, los ingleses siguen con sus intentos de  embocar el putt.

Las ondulaciones del terreno no me dejan asegurarlo, pero parece posible llegar caminando hasta Beachy Head recorriendo la costa, en un bonito y largo paseo.

Se acerca la hora de comer y desandamos el camino, poco más de 1 Km. para bajar a la playa. Tenemos sed y el sol ya nos ha quemado un poco.

Cómo se animó la zona. Hay mucha más gente en la playa y las casetas de colores, que al llegar encontramos cerradas, vemos que son unos mini-chalets del que los ingleses sacan las hamacas y demás artilugios playeros para instalarse en su puerta. Dentro tienen una pequeña cocina para preparar la comida.

Un corto paseo por la zona de playa, para ver si hay algún sitio para comer. Solo chiringuitos de madera al borde de la playa, con mesas y bancos de madera. Buscamos algo más cómodo. En el paseo marítimo no hay locales, solo vemos viviendas, así que decidimos volver al coche y buscan un pub cercano que había localizado por internet cuando buscaba las mejores zonas para acceder a Beachy Head.

Localizados el Golden Galleon en el GPS y ponemos rumbo a él, está muy cerca, unos 5 min. en coche y de camino para luego llegar hasta los acantilados.

Al pie del pub hay un aparcamiento público, está muy lleno y esperamos que no toda esa gente esté en el pub, sería complicado comer. Por suerte es una zona de acceso, creo que a una de las playas que vimos en nuestro recorrido. El pub ocupa una solitaria casa situada en un alto. Es grande y tiene una gran terraza llena de excursionistas que, como nosotros, han acudido a pasar el día. Desde ella hay vistas al mar.

Como no estamos tan ávidos de sol como los ingleses, y ya llevamos una buena ración esta mañana, nos sentamos dentro, en uno de los salones más tranquilo. El Golden Galleon  es un pub inglés con su decoración clásica, mucha madera, moqueta, buenas sillas y sillones, que agradecemos.

La cerveza sabe como nunca, comemos platos típicos ingleses como el Sunday roast (rosbif de domingo), por el que me decanto, una especie de lasaña de setas y verduras. De postre, pura gula, profiteroles.

Beachy Head. La típica imagen. Paredes blancas y el inconfundible faro

Retomamos la estrecha carretera de Beachy Head Road, a ver hasta dónde nos lleva. En el pub nos informamos sobre la posibilidad de llegar en coche a las cercanías del faro. La información previa al viaje de internet sitúa la zona dentro del parque natural de las  Seven Sister y no tengo muy claro si se puede acceder en coche. Nos dicen que sí.

Transitamos por un típico paisaje inglés, grandes praderas y algunos rebaños de ovejas, mientras la carretera se aproxima a la costa. Ya con los acantilados a nuestra izquierda encontramos varios aparcamientos al lado derecho. Hay bastante gente recorriendo la zona, pero como es muy amplia, no resulta molesto. Los diversos parkings tienen su correspondiente parquímetro, en los más grandes hay puestos ambulantes y algún restaurante. El paraje más bonito lo encontramos dejando el coche en el aparcamiento situado al pie del faro de Beachy Head. Un corta subida por la pradera, y recorremos el borde buscando alguna de las irregularidades que dejan ante nuestros ojos el típico y famoso paisaje de la zona.

Grandes y verticales paredes blancas con el pequeño faro de rayas rojas y blancas situado al nivel del mar. Fue construido bajando a los operarios y materiales (3600 toneladas de granito de Cornualles) utilizando un teleférico. Complementaba al faro situado en la cima del acantilado, poco efectivo los días de niebla.

El paisaje es único, que colores. El azul del cielo y el mar en contraste con las paredes blancas y la verde pradera que las corona.

Vistas vertiginosas en Beachy Head

En algunos lugares es posible acercarse hasta el borde. Puro vértigo. El corte vertical llega a superar los 170 metros y acaba en el agua o una estrecha fila de rocas.

Vertiginosa pared de carbonato cálcico, muro de tiza, material blando que todos los años va dejando un poco más de sitio al mar.

Subimos hasta el faro, construido en 1828. Se aprecian los restos de las obras realizadas en 1999 para retirarlo 17 metros de su emplazamiento original, ya amenazado por el riesgo de despeñarse.

Hoy el faro de Belle Tout  es un pequeño hotel de 4 habitaciones.

El antiguo faro, denominado Belle Tout. Hoy, hotelito con encanto.

Lugar de contrastes, algunos inquietantes. Tan increíblemente bonito registra uno de los mayores índices de suicidio en el mundo. Ya en el aparcamiento vimos los carteles de los “Samaritanos”, asociación de voluntarios para prevenir y convencer a los posibles “jumper” de su desacertada decisión. En su página, que pone los pelos de punta, llevan la estadística de los incidentes ¡¡semanales!! en los que intervienen. A lo largo del acantilado letreros de madera con el teléfono de ayuda. Al parecer, hay patrullas diurnas y nocturnas. En algunos lugares, cruces de madera recuerdan el lugar de salto elegido por algún desafortunado.

La cifra es escalofriante. Una media de 20 personas saltan desde aquí todos los años. Los 173 m. de su punto más alto garantizan el éxito de la decisión. Es el tercer lugar del mundo, solo superado por el puente del Golden Gate (San Francisco) y el bosque de Aokigahara (Japón).

 Otra imagen típica, desde el Belle Tout, con la suave pradera y el faro a ras de agua

Unos cuantos lugares ofrecen la posibilidad de llevarnos bonitas imágenes de la zona. A media tarde emprendemos el regreso a Croydon. Unos km. por la carreteras locales y nos incorporamos a la atestada autovía; nos toca pasar un par de atascos provocados por accidentes antes de llegar a nuestro destino.

 

Quadrophenia . El final

Al final de la película Jimmy –el protagonista- estrella la Vespa de su amigo -As de Oros-, en los acantilados de Beachy Head. Esta escena originó el debate de si Jimmy se lanzó con la moto al vacío o lo que hizo fue lanzar sólo el scooter. Es una una discusión artificial, se ve claramente a Jimmy en lo alto del acantilado en un corte deliberado mientras cae la moto.  El protagonista lanza simbólicamente por el precipicio todo el mundo Mod; desencantado con los amigos y el estilo de vida de la cultura juvenil.