Stand By en la playa de Islantilla
Buen lugar para desconectar de todo, incluido Internet. Magníficas playas en esta zona de la costa de Huelva, que con diversos nombres se suceden entre La Antilla e Isla Cristina. Inabarcable extensión de arena en la que dar largos paseos.
Hace 10 o 12 años ya había pasado unas vacaciones en la zona. Ha crecido considerablemente, pero de manera controlada y los hoteles y apartamentos no invaden este bonito entorno natural.
Zona de turismo mayoritariamente autóctono y nacional. Dicen que Huelva es "la playa de Sevilla". Las gambas, atún, chocos, pescaíto y "calamares de huerta" son los reyes de los chiringuitos. Se agradecen los precios, todavía asequibles -sobre todo si recuerdo algunos "atracos" en la costa mediterranea-.
Curioso el Puerto de "El Terrón", en medio de la nada dedicado a la pesca artesanal -a solo 4 km. de La Antilla-, no hay viviendas, solo los edificios del pequeño puerto y los locales dedicados a la oferta gastronómica.
Los pescadores preparaban sus redes y aparejos en unas pequeñas instalaciones en las que conviven las labores pesqueras, unas hileras de cuartos saladeros y 3 ó 4 bares ó restaurantes con unas agradables terrazas en donde cenamos viendo el trajín de los pescadores cosiendo y recogiendo los cientos de metros de redes que sembraban el pavimento.
Desde La Antilla a Isla Cristina 7 Km. de playa, todavía con zonas escasamente urbanizadas y en algunos tramos con un parque de dunas protegido y un pinar que remata perfectamente la playa.
Hace 10 o 12 años ya había pasado unas vacaciones en la zona. Ha crecido considerablemente, pero de manera controlada y los hoteles y apartamentos no invaden este bonito entorno natural.
Zona de turismo mayoritariamente autóctono y nacional. Dicen que Huelva es "la playa de Sevilla". Las gambas, atún, chocos, pescaíto y "calamares de huerta" son los reyes de los chiringuitos. Se agradecen los precios, todavía asequibles -sobre todo si recuerdo algunos "atracos" en la costa mediterranea-.
Curioso el Puerto de "El Terrón", en medio de la nada dedicado a la pesca artesanal -a solo 4 km. de La Antilla-, no hay viviendas, solo los edificios del pequeño puerto y los locales dedicados a la oferta gastronómica.
Los pescadores preparaban sus redes y aparejos en unas pequeñas instalaciones en las que conviven las labores pesqueras, unas hileras de cuartos saladeros y 3 ó 4 bares ó restaurantes con unas agradables terrazas en donde cenamos viendo el trajín de los pescadores cosiendo y recogiendo los cientos de metros de redes que sembraban el pavimento.
Aquí -curiosamente- las cañas perdieron su espuma y se transformarón en Manzanilla...
Es raro, unos kilómetros de costa virgenes ...
ResponderEliminarPues si, seguramente gracias a que los pinares y dunas -que están valladas- están protegidos y es lo que hace que no hayan ido al garete como en otros lugares. Quedan pocos sítios así, y por el sur, menos.
ResponderEliminar