La capital del Miño, entre iglesias y conventos
Iglesia de Sta. Cruz y el Hospital de San Marcos
Con 180.000 habitantes Braga es la tercera ciudad más importante de Portugal. Su casco antiguo, plagado de iglesias y monasterios, tiene encanto más que suficiente para dedicarle un día de viaje. Aquí llegamos, después de subir al famoso Bom Jesus, situado a muy pocos km del centro.
Es 1 de Noviembre, y cuando aparcamos en la Plaza de la Republica nos asalta la duda de si es un día festivo o no. Una amable empleada municipal nos saca de dudas, con un entrañable recuerdo para el gobierno de la nación: “Siempre fue fiesta, pero nos la quito el gobierno, por la crisis”. La crisis que siempre ataca a los mismos…. charlamos un poco y aquí se queda, en su quehacer cotidiano en los jardines. Nos despide con una sonrisa.
Cafe Vianna y A Brasileria, “O melhor café”
Braga parece dormir una apacible siesta mañanera, la recorremos con calma, tenemos todo el día por delante. Buscamos la terraza del Vianna, para saborear el excelente café portugués, con vistas a la plaza principal y en la entrada del casco antiguo de la ciudad.
Plaza de la República, desde la terraza del Vianna
Por la R. do Souto entramos en la zona vieja, calles peatonales y comerciales que conservan el sabor antiguo de la ciudad portuguesa.
Rectorado de la Universidad do Miño
A medio camino encontramos el rectorado de la U. do Miño, donde se abre la bonita plaza dominada por una fuente.
Detalle de la fuente
Braga fue, y es, una importante ciudad eclesiástica. A cada paso encontramos comercios de temática religiosa. No falta alguno con un toque “moderno”, donde exponen las imágenes en la primera planta, con vistas a la calle, como si fueran maniquíes de alta costura.
El limite del casco antiguo lo marca el arco de Porta Nuova. Antigua puerta de la muralla, el aspecto actual corresponde a la reforma que se hizo en el siglo XVIII.
Porta Nuova, vista desde el Campo das Hortas
El arco tiene dos lados muy diferenciados: Desde el Campo das Hortas es de estilo rococó. Enmarcado por dos columnas unidas por un frontón partido, con pináculos laterales, en el centro los escudos de Gaspar de Bragança y el de armas de Portugal; la cara interna (hacia la rúa do Souto) es de un sólo pilar y pináculo a cada lado y en el centro la hornacina con una escultura de la Virgen.
Nos desviamos hacia el lado izquierdo, callejeamos buscando la catedral. Por el camino unas cuantas casas con el típico azulejado portugués.
Semiabandonadas o en buen estado de conservación, mantienen el sabor de las construcciones tradicionales.
Unas cuantas fotos para la colección de imágenes que conservo de estos edificios, tan frecuentes en el país vecino. En las fachadas conservan las muescas de su historia.
Resisten como pueden los embates del tiempo. Desconchadas, con la vegetación creciendo en las cornisas, ventanas y puertas abiertas de par en par por donde entra y sale la imaginación. Presumen de una grandeza fruto del trabajo; hoy vemos el resultado de la desidia.
Conocieron tiempos mejores, el futuro es incierto; creo que no las tiran porque esperan a que caigan solas; así evitan la vergüenza que significa meter la piqueta a edificios de estas características. Seguramente serán reemplazadas por anodinos edificios modernos.
Catedral de Braga
Callejeamos hasta la plaza de la Catedral. Construida sobre una antigua iglesia románica en el siglo XII. El aspecto actual se debe a la remodelación, en estilo manuelino, efectuada en el XVI.
Museo de Arte Sacro, en el antiguo edificio del Seminario de Santiago
Seguimos por el la ciudad antigua, perdemos la cuenta de las iglesias y edificios religiosos que encontramos a nuestro paso. Vamos hacia la Casa dos Coimbras.
Iglesia de Sao Joao do Souto
En el largo del mismo nombre, la pequeña iglesia de San Joao do Souto, formando conjunto con la Capela y Casa dos Coimbras, uno de los edificios emblemáticos de la ciudad.
Detalle de la Capela dos Coimbras
Muy cerca de la Capela dos Coimbras la gran plaza donde se ubican la iglesia de Santa Cruz y el Hospital de San Marcos.
Fachada del Hospital de San Marcos
Es una de las vistas más bonitas de la ciudad. A nuestra derecha la iglesia de Santa Cruz, con una fachada espectacularmente trabajada.
Detalle de la fachada de la Iglesia de Santa Cruz
Retornamos al centro por avenidas peatonales y comerciales. Es la hora de comer, buscamos la churrasquería típica –frecuentada por clientes locales- que nos sacara del paso.
Tranquilidad y relax en las calles peatonales de Braga, una ciudad para pasear
Palacio Episcopal, desde los jardines de Santa Bárbara
Último café en la terraza de la Brasileira, media tarde; es hora de regresar a nuestro cuartel general en Vizela.
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