La cuna de Portugal
Fin de semana en el entorno de Guimarães, ciudad de unos 50.000 habitantes, Patrimonio de la Humanidad desde el año 2001 y con una larga historia ligada a la identidad nacional del País vecino; pues aquí nació el primer rey portugués -Afonso Henriques-.
La muralla que llega hasta el céntrico Largo de Toural, por donde seguramente entrarás al casco antiguo, se lo recuerda al viajero: “Aquí Nasceu Portugal”.
La parte antigua de la ciudad –el atractivo para los forasteros- mantiene las maneras y costumbres de las localidades pequeñas. Comercios y cafeterías antiguas con decorados que nos llevan a otra época. Viajar a Portugal es volver a la España de los años 70. Se mantienen las tiendas de ultramarinos, ferreterías, confección y demás artículos variopintos que aquí han sido sustituidas por el “chino” de turno… O como se nos dibuja la sonrisa paseando el domingo a media mañana, con las terrazas llenándose con los vecinos que salen de misa, todos bien trajeados. “Vestidos de domingo” que decíamos antes.
Para conocer Guimarães hay que pasearlo de día -si quieres visitar su patrimonio artístico-, y de noche –para recorrer el casco medieval- con las calles tenuemente iluminadas con luz amarillenta y la vistosa iluminación de muchas fachadas que nos hacen creer que siempre es navidad en Guimarães.
Iluminación nocturna
Viajamos desde León por la autovía de las Rías Baixas, como otras de nuestra zona, empieza a sobrarle baches y mal firme. En Verín encontramos el nuevo tramo que llega hasta la frontera y enlazamos con las excelentes carreteras del norte portugués, siempre tan solitarias. Un alto en Pedras Salgadas –comenzamos a degustar el café y el famoso agua natural carbonatada-, y damos un corto paseo por la zona de las aguas. Hace unos años encontramos el antiguo parque balneario en obras, ahora ya terminadas y en funcionamiento. Tiene buena pinta.
Vizela, Detalle de un caserón.
Bordeamos Guimarães, por una transitada carretera de circunvalación y seguimos viaje hasta Vizela. El Hotel Bienestar Termas de Vizela será nuestro alojamiento un par de días. Vizela es una pequeña localidad adherida al movimiento de ciudades Slow, aunque no la encontramos tan “pacífica” como creíamos. El centro de Braga sí que me pareció Slow. Se respiraba tranquilidad y sosiego teniendo en cuenta que la ciudad tiene cerca de 200.000 habitantes.
Vizela está unida a Guimarães (9 Km.)por lo que yo llamo una “carretera con vidilla”. O sea, que no es carretera, sino una sucesión de pueblos y construcciones. A las orillas lo mismo encuentras un McDonalds, una tienda de chinos, el “Pingo Doce”, cafeterías y pastelerías, venta de vehículos… o gente que camina por los arcenes como si fuera de paseo por la ciudad, incluso de noche. En Vizela, a 50 m. del hotel, hay una antigua instalación termal. La mayor parte está en obras y funciona una piscina y algunos tratamientos. Cuando terminen el arreglo ganará mucho el tema.
Largo do Toural
Regresamos a Guimarães cuando comienza a anochecer. En el momento justo para ver como se va encendiendo la curiosa iluminación que decora mucha de las casas y fachadas.
La zona antigua, en su mayor parte peatonal, hay un animado ir y venir de jóvenes.Es una ciudad universitaria y se nota.
Rúa de Santa María
El paseo transcurre por estrechas calles y plazas. La noche tiene encanto en Guimarães.
Convento de Santa Clara, hoy sede del Ayuntamiento
Como no puede ser de otra manera, acabamos en el Largo de Oliveira, corazón de la ciudad, donde esta situado el monumento del Salado que conmemora la histórica batalla.
Padrao do Salado
Otra vista de la Plaza
Cuidada plaza al pie de la torre de la Catedral, llena de terrazas. Lugar de paso obligatorio para el viajero, para descansar en una terraza y ver pasar el mundo.
Separada por estos soportales apuntados, mas restaurantes y terrazas. La vecina plaza de Santiago rivaliza con el Largo de Oliveira.
Plaza de Santiago
Callejeamos por el centro, sin rumbo, disfrutando de una noche más propia de Septiembre que de Noviembre. El domingo por la mañana regresaremos a Guimarães. Será el momento de recorrer los principales monumentos de la bonita ciudad portuguesa.
Con tu reportaje he vuelto a pasear por las viejas calles de Portugal. No conocía esta población, pero me ha recordado otras con similar encanto.
ResponderEliminarEn especial me agradan las fotos 3 y 9.
Saludos.
Gracias, Konico!!
EliminarHay muchos lugares en el pais vecino con ese encanto que transporta a épocas pasadas. Guimaraes es uno de ellos y merece la pena conocerlo.
Saludos
Carlos, maravillosas fotos, ¡ con lo difícil que son hacelas de noche ! La de la Rua de Santa María, magistral.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Ricardo
EliminarGracias, una vez más, por pasarte por el blog y dejar un cometario.
En estas fotos nocturnas pone mucho de su parte la ciudad. Las hay que tienen una iluminación especial y Guimaraes es una de ellas.
Un abrazo,
Portugal que de estar tan cerca la tenemos tan lejana. Por el nombre la conocia, ahora por el repor me anoto una visita.
ResponderEliminarSaludos.
Hola, Cristalines,
ResponderEliminarNo paras con la moto y todavia te queda tiempo para comentar en el blog... eres un fenomeno.
Ya sabes la frase: "...menos mal que nos queda Portugal..." y la verdad es que desde nuestra zona hay a mano muchos sitios con interes de sobra para dedicarles un fin de semana.
Saludos,