Vitoria (Alava)

Paseo fotográfico por la Almendra Medieval

Plaza de la Virgen Blanca

El siguiente destino, después del estupendo recorrido por las Salinas de Añana, era la capital Alavesa.

En Vitoria pasamos día y medio, suficiente para recorrer el casco historia – la almendra medieval- y conocer alguno de sus museos. No nos olvidamos del famoso tapeo y tanto de día como de noche, realizamos las oportunas incursiones por la Kutxi.

La ciudad tiene fama de mantener una altísima calidad de vida. Grandes espacios verdes, buenos transportes públicos y un centro urbano rehabilitado y peatonalizado con acierto contribuyen tan merecida fama.

El Caminante, en Eduardo Dato

Nuestro recorrido se ciño a su famoso casco histórico medieval y su entorno. Conocido con el nombre de la almendra. Su origen son calles alargadas y concéntricas que adoptan esa peculiar forma sobre el mapa.

El tranvía nos lleva  hasta las cercanías de la Plaza de la Virgen Blanca, a medio camino entre el casco antiguo y la nueva Catedral. Nos adentramos por callejuelas que, en un agradable paseo, permite descubrir interesantes edificios civiles, casas-torre, palacios e iglesias edificados en diversos estilos. El gótico, renacentista, barroco y neoclásico se mezclan en corta distancia.

Siempre animada, La plaza de la Virgen Blanca, al fondo la iglesia de San Miguel

La Semana Santa se hace notar y encontramos la procesión. Por una de las calles con más encanto de la zona antigua: La Cuesta de San Vicente

A la luz de la mañana volvemos a recorrer la zona, una de las más bonitas, con los arquillos y la cuesta que lleva a la Iglesia de San Vicente.

Los Arquillos. Hábil solución arquitectónica. Se construyo esta calle con soportales para unir el casco antiguo y el nuevo ensanche.

Una serie de edificios escalonados permiten salvar el importante desnivel que separaba las dos zonas.

Por la cuesta de San Vicente se llega a la Iglesia de San Vicente Mártir. La última construida en el casco antiguo.

La Iglesia se levantó sobre una antigua fortaleza, que le da nombre. Desde la barandilla que hay enfrente de la entrada principal una bonita vista de la Plaza del Machete y el ensanche.

Plaza del Machete, dominada por la torre de S. Vicente

Renacimiento en Vitoria. Palacio de Escoriaza-Esquivel, adosado a la muralla del siglo XIII

Dedicamos parte de la mañana a recorrer un curioso museo. Su nombre y contenido nos llevan a Vitoria con solo nombrarlo: El museo Heraclio Fournier

Entrada al museo de los naipes Heraclio Fournier

Ubicado en una casa señorial del siglo XVI –el Palacio de Bendaña- tanto el continente como el contenido tienen el suficiente atractivo para dedicarle su tiempo. El complejo acoge dos museos diferentes: el de los naipes y el museo arqueológico.

Palacio de Bendaña – Museo Heraclio Fournier

La exposición esta ubicada a caballo entre el antiguo palacio y el edificio moderno levantado en su interior.

En el elegante patio de arquería descubrimos la historia de los naipes, las artesanales máquinas con se fabricaron los primeros y como la técnica perfecciono esta industria.

Palacio de Bendaña – Museo H Fournier, detalle del patio

El recorrido por el museo de los naipes transcurre entre la gran exposición de cientos de bajaras de todas las épocas y la historia de la familia Fournier.

Con la desaparición de Heraclio Fournier, su nieto Félix Alfaro Fournier se hace cargo del negocio. En el convergen su interés profesional por el negocio y la pasión del coleccionista.

A lo largo de su vida Félix Alfaro reunió una importante colección de naipes, que se vio incrementada de forma exponencial en 1970 con la adquisición en  subasta de la mejor colección que había en Europa –propiedad de Thomas de la Rue-, depositada en el British Museum.

A la vista están barajas de todas las épocas, motivos y países que puedas imaginar. Fournier llegó a ser el mayor y más prestigioso fabricante de naipes en el mundo.

La colección pertenece a la Diputación Foral, fue comprada en 1984 y la marca Fournier está en manos americanas, hoy reyes del naipe y el juego. Nada queda de sus raíces alavesas.

Tapeo, en el famoso Toloño

Mitigamos el desencanto que nos causa saber como los gringos se han quedado con nuestros naipes de toda la vida recorriendo la “Kutxi”. En la antigua calle gremial –Cuchillerías- damos buena cuenta del  Txakoli y los pinchos que nos presenta. Hace una mañana de verano y el ambientillo de las terrazas tiene tanto interés como el mejor museo. En ellas se mezclan turistas y vecinos del barrio de toda la vida.

Continua nuestro paseo por el casco medieval, encontramos edificios de diversas épocas

El proceso de rehabilitación incluye la decoración mural de unas cuantas fachadas de antiguas viviendas.

Mural “Al hilo del tiempo” (2007) – C/ Chiquita , 9

En la web “Un paseo por los murales” encontrarás un recorrido completo si quieres conocer esta moderna expresión de arte colectivo.

Llegamos hasta la salida norte, donde se encuentra uno de los edificios emblemáticos de la ciudad.

El Portalón, hoy restaurante turístico, era una antigua Casa de Postas.

Levantado a finales del Siglo XV sigue conservando su aspecto y encanto medieval.

En su entorno otros interesantes edificios, y muy cerquita la antigua Catedral.

No tuvimos oportunidad de recorrer sus obras. Y digo sus obras en el sentido literal de la palabra. El tempo se encuentra –desde hace años- en plena rehabilitación. Su gran deterioro hizo que le faltara poco para venirse abajo.

Vitoria a sabido sacar partido a la restauración, y recorrer las obras de la vieja Catedral es uno de los mayores –y más apreciados- atractivos turísticos.

Para visitarla es conveniente efectuar una reserva previa en la pagina web de la fundación: http://www.catedralvitoria.com/index.php

Plaza de España

Recorrimos las calles del ensanche. Buenas terrazas en la plaza de España. Admiramos el antiguo edificio de correos y llegamos a las calles más comerciales.

Edificio de Correos

Eduardo Dato, la calle más comercial

Llegamos hasta las estación de tren recorriendo la comercial Eduardo Dato. Queda algún comercio antiguo, aunque, como en todas las ciudades; las grandes cadenas se van adueñando de estos espacios.

En la zona no faltan templos gastronómicos para poner a prueba la bondad y fama de los pinchos. Extensas barras donde resulta difícil elegir por el exceso de oferta.

Catedral Nueva

Alargamos nuestro paseo hasta la nueva Catedral. Esta a una corta distancia y nos acercamos a dar una vuelta por su entorno y conocer el interior.

Construida en la primera mitad del siglo XX fue la ultima gran catedral levantada en el país.

La céntrica plaza, lugar de paso y terrazas animadas, ponía el punto final al recorrido por Vitoria. El viaje continuará por los incomparables paisajes de los valles vascos. Rumbo al norte; nos espera Zarautz.