Una Villa Marinera
Pasamos la mañana en el Refugio de Verdes, y nuestro recorrido por la comarca de Bergantiños acabó en el pintoresco puerto de Caión.
Desde Carballo a la costa apenas nos separan 30 Km. La mayoría transcurre por esas carreteras únicas que hay en Galicia, recorridos solitarios, atravesando montes y bosques donde el coche se llena del aroma a eucalipto.
La carretera serpentea al borde de la costa y nos vamos acercando a Caión. La aproximación ofrece una vista magnifica. El pueblo está situado sobre un estrecho brazo que se adentra en el mar y, aunque maltratado urbanísticamente, la vista es de postal.
Son más de las 3 de la tarde y no tenemos intención de hacer ayuno, menos en estas tierras. Aparcamos en la entrada del puerto y buscamos algún restaurante ya conocido de otras ocasiones. Con una excelente vista al mar dar buena cuenta del pescado que ofrecen en este antiguo puerto ballenero.
Este paisaje nos acompaña durante la comida, la agreste costa Atlántica . En la lejanía se intuye el puerto de A Coruña.
Caión tiene un excelente paseo marítimo que bordea la península, nos disponemos a recorrerlo después de comer. Hace buena tarde pero sopla un viento de mil diablos, a contraluz vemos como el agua pulverizada se levanta sobre la costa.
El paseo nos lleva a la zona protegida por las casas del pueblo. En este lado se concentran algunas cafeterías y bancos donde disfrutar del agradable calor del sol en el atardecer de un día de noviembre.
A resguardo del aire pasamos un rato fotografiando la costa. Cae la tarde cuando dejamos Caión para seguir nuestro viaje hacia Coruña.
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