Tour marítimo: Manarola, Monterosso, Vernaza y Riomaggiore
Manarola
En el post Las perlas de las Cinque Terre quedaron las primeras impresiones de este trocito de costa del mar de Liguria. Aquí, con más tiempo y detalle, las mejores imágenes del día que dedicamos a recorrer los pueblecitos que le dan nombre.
Riomaggiore
Madrugamos; durante el desayuno, con la hoja de horarios de los barcos del Consorcio Marítimo Turístico planificamos el horario y el tiempo que dedicaríamos a cada uno de los pueblos. Queremos bajar pronto hasta el puerto y subir en unos de los primeros barcos para aprovechar el día.
En barco se accede a 4 de los cinco pueblos que conforman las Cinque Terre: Riomaggiore, Manarola, Vernazza y Monterosso al Mare. El quinto, Corniglia, está situado en un espolón inaccesible para los barcos turísticos.
Llegando a Portovenere, camino de las Cinque Terre. Siempre un lujo para la vista
Aunque los barcos navegan desde las 9 de la mañana hasta las 5 de la tarde no es fácil cuadrar los horarios para recorrerlos todos y dedicarles el tiempo suficiente a cada uno. Desde Lerici hay unos 45 minutos de navegación hasta Riomaggiore, el primero entrando por el sur. Hay que contar con el tiempo del almuerzo, unas dos horas en las que no navegan, para hacer coincidir esa amplia franja en el pueblo deseado… Bueno; un pequeño rompecabezas que cuadramos como mejor nos pareció y, por supuesto, luego no cumplimos.
Manarola
La idea es saltar el primero –Riomaggiore- y hacer la primera parada en Manarola, seguir a Vernazza y hacer coincidir el descanso de los barcos –hora del almuerzo- con Monterosso, el más turístico, el único con playa de arena y más infraestructura. Por la tarde regresar hasta Riomaggiore y, desde él, coger el último barco a Lerici.
Adquirimos el billete Giornalero (25 € días de diario – 27 festivos y víspera). Con el podemos subir y bajar a discreción en los distintos puertos donde hacen escala.
Volvemos a realizar, y disfrutar, del viaje y las vistas de Portovenere. Dejamos atrás el Golfo de la Spezia para salir a mar abierto. La mañana está un poco brumosa, se nota en las fotos. Vamos bordeando la agreste costa, muy verde, salpicada de pequeños pueblos y casas aisladas.
En unos minutos tenemos a la vista Riomaggiore, el primero de los pueblecitos de la Cinque Terre. Como en todos la aproximación del barco es muy bonita. Seguramente es el mejor medio de transporte para disfrutar del paisaje costero y el encanto de estos pueblos levantados en sitios impensables. Vemos la pericia de los marineros para aproximar el barco a estos puertos naturales. Una breve parada dejar a los primeros viajeros y seguimos nuestro camino hasta Manarola. El trayecto entre los diversos pueblos no supera los 10-15 minutos.
MANAROLA
Manarola será nuestra primera parada. Puerto natural con una zona rocosas de aguas esmeraldas. Dan ganas de lanzarse y disfrutar del baño como hacen unos cuantos veraneantes.
Como en el resto de pueblecitos las rocas suplen a la playa para extender la toalla y tomar el sol. Su conformación también es similar pues son muy pequeños.
Una calle principal que trepa hacia la ladera, donde se concentran los comercios y oferta de restauración para los turistas, con más o menos gente, según la hora y el lugar.
Emprendemos la subida desde el puerto, hay buena pendiente, y pronto encontramos señalizados los senderos que entre viñedos nos llevan a la zona alta. Aquí se produce el vino llamado Sciacchetrà.
Manarola está rodeado de viñedos que miran al mar. Desde ellos las vistas más espectaculares del pueblo y uno de los paisajes más bonitos de las Cinque Terre.
El sendero tiene algunos puntos con cierta emoción
Para los más animosos el Sentiero Azzurro permite llegar caminando hasta los otros pueblos de las Cinque Terre, un bonito paseo –y largo- bordeando la costa.
El lugar y la vista resulta tan cautivador que cuando decidimos bajar ya ha pasado el barco, en un cuarto de hora cogeremos el siguiente.
El puerto de Manarola convertido en improvisada playa
CORNIGLIA
Entre Manarola y Vernazza tenemos a la vista Corniglia, el único que no es accesible desde el mar. Vemos sus casitas encaramadas sobre la roca. Se puede visitar tomando el tren desde Manarola – 3 minutos de viaje-…eso si, hay que estar dispuesto a salvar los 377 escalones que separan la estación del pueblo.
Sobre la marcha reorganizamos la ruta y como se acerca la hora de comer –con el consiguiente parón en la navegación- decidimos llegar hasta el que, para nosotros, está más alejado: Monterosso al Mare.
MONTEROSSO AL MARE
Aquí hay playa y aprovecharemos para darnos un buen baño, comer y dar un buen paseo por sus calles.
Con diferencia más grande y con infraestructura turística, esta situado en una zona menos abrupta, más llana y abierta.
Tiendas, restaurantes, hoteles… seguramente la playa de arena tiene mucho que ver. A pesar de que el viaje en barco resulta agradable y fresco llegamos con calor, nos vamos a la playa y estamos un buen rato a remojo. No es muy grande y una zona está reservada para el negocio de las hamacas.
Hay gente, pero realmente se acaba la tranquilidad cuando llega una pandilla de jóvenes alemanes que derrochan desconsideración y adolecen de la educación más elemental. Como estamos pasando un día excelente vamos sobrados de paciencia…
En línea con la playa está la estación, cada poco vemos como pasan los trenes que hacen el recorrido turístico, es otra de las opciones que recomiendan los viajeros para llegar a estos pueblos. Circulan con mucha mayor frecuencia que los barcos, entre 10 y 25 minutos.
Pero creo que la vista desde el mar supera con mucho la que ofrece el tren, aunque vaya pegadito a la costa.
Ya secos paseamos hasta el final de Monterosso por las animadas calles, buscamos un sitio donde comer tranquilamente y regresamos al puerto.
Con las horas pasadas en la playa no queda mucho tiempo y tenemos que andar vivos para coger unos de los primeros barcos que nos lleve hasta Vernazza, y desde allí tomar el último hasta Riomaggiore, si queremos verlos todos.
VERNAZZA
Vernazza esta protegido al abrigo de un pequeño puerto natural. Desde el puerto hay una vista preciosa con la iglesia de Santa Margherita di Antiochia pegada al mar.
Remontamos la pequeña colina que sustenta el pueblo, hasta alcanzar los caminos que llevan al Sentiero Azzurro. Desde ellos se obtiene una buena vista, no tan espectacular como la de Manarola, pero merece la pena el paseo.
El puerto se abre a una gran plaza, el lugar de más animación. Bordeada de antiguas casas es uno de los lugares con más encanto de las Cinque Terre. En ella se concentran, comercios, heladerías, bares y restaurantes.
¡Que afición a lanzarse desde las rocas!
RIOMAGGIORE
La aproximación en barco a Riomaggiore permite unas vistas fantásticas. Es uno de los pueblos con más encanto de las Cinque Terre.
En el centro de la imagen los viajeros esperan la llegada del barco en el puerto natural. Es la última parada de nuestra excursión marítima por las Cinque Terre.
Riomaggiore, atractivo pueblo de casas arracimadas.
Parecen construidas unas encima de otras. Rebosa tipismo marinero, con el puerto lleno de barcas, artes de pesca en los balcones y la ropa tendida.
La estrecha zona del puerto tiene mucho encanto.
En la calle principal mucha animación con unos cuantos comercios turísticos y restaurantes.
La belleza del lugar acompaña para dar rienda suelta a la vena más romántica
…. aunque hay de todo.
Buenos lugares para el baño en Riomaggiore…
…y una buena playa de piedra
Llega la hora del último barco, que nos llevará hasta Portovenere donde cambiaremos de barco para tomar el de retorno a Lerici.
Increíble el paisaje de entrada al Golfo de los Poetas, con el espolón rocoso donde se levanta la iglesia de San Pedro.
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