El Curueño, el Porma y Riaño, puertos de Las Señales, Tarna y El Pando

Ruta motera con “Los Viajes De Brujilda”

Agua y montaña en el norte Leonés

El Valle del Riosol desde el puerto de Las Señales. Aunque no lo parezca, estamos en Mayo

El primer fin de semana del mes de Mayo surge la ocasión de hacer una salida motera acompañado de Suso y Judit (Los viajes de Brujilda). Han planeado acercarse a León con su moto y nos ponemos de acuerdo para realizar el sábado un buen recorrido por la provincia. Las previsiones meteorológicas son excepcionales después de una semana de agua y nieve. Ríos, embalses y montañas presentan el mejor aspecto. Así que trataré de hacer de guía lo mejor que pueda…

Bajando el puerto de Tarna, hacia Riaño. (Fotograma de la SportCam)

Comenzamos la ruta a partir del Puente Villarente, elegido como punto de reunión, donde tenemos la ocasión de conocernos personalmente, después de mucho tiempo siguiendo e intercambiando comentarios en nuestros respectivos blogs.

Iniciamos el viaje por la LE-V-3141 dirección a Boñar. Aunque es uno de nuestros destinos, vamos a desviarnos por la ribera del Curueño, donde la carretera es más entretenida para la moto y la vista, evitando las largas rectas de este camino directo.

Acceso a la cascada de Nocedo

En Barrio de Nuestra Señora seguimos -dirección La Vecilla- hacia los pueblos del río Curueño, la carretera cruza unos cuantos por el medio. La mayoría completan el nombre con el del rio. En la zona son famosos los gallos, sobre todo los de la Cándana. Se cría una especie única en la provincia, gallos vistosos y coloridos. Con sus plumas se hacen los “mosquitos” más apreciados por los aficionados a la pesca. Pasamos algún criadero pero no hay ninguno a la vista.

Apenas hay tráfico. Algunas curvas y el paisaje ribereño va cambiando a medida que nos acercamos a las montañas, las más cercanas a la capital leonesa. En La Vecilla tomamos dirección Valdepielago. Aquí cambiamos la buena carretera por la LE-321, estrecha y bacheada. Merece la pena, lo que se pierde en comodidad lo gana la vista. Seguimos remontando el Curueño, a partir de ahora pegadito a la carretera, ya con aspecto del río truchero de montaña que es.

Apenas 4 Km y nos detenemos en la Cascada de Nocedo –parada ineludible y destino de éxito garantizado entre propios y extraños-.

Ducha rápida en el mirador de la cascada

 

Cascada de Nocedo

Aparcamos las motos y recorremos el trayecto sobre el arroyo Valdorría para llegar hasta la cascada. Fresco y corto camino por el sendero y las pasarelas que salvan el agua.

Asomamos a la cascada con precaución, nos puede recibir una buena ducha. Cae el agua con fuerza, una nube de gotas pulverizadas nos empapa. La vestimenta motera es adecuada y nos secaremos en cuanto subamos a la moto.

Cascada de Nocedo del Curueño 04/05/2013

 

Nos mantenemos en la parte de atrás de mirador, unas fotos y un poquito de video; disfrutamos del espectáculo y el ruido del agua despeñándose. Al salir notamos como calienta el sol. Vamos a tener un día inmejorable.

Las Caldas de Nocedo, olvidadas a orillas del “rio del olvido”

Corto recorrido, pasando el pueblo de Nocedo y nueva parada para contemplar desde el antiguo puente la Caldas de Nocedo. Antiguo balneario de 1900 construido para aprovechar la bonanza de las aguas que allí manan. Mal que bien resistió una guerra, fue cuartel del ejército republicano.

En las peñas cercanas se conservan las trincheras y posiciones de las ametralladoras. Acabó la contienda semiderruido y se reconstruyó añadiéndole un nuevo piso. Las Caldas vivieron sus años de esplendor cuando los leoneses acudían a tomar las aguas; llegaban con el cercano tren de vía estrecha.  Los despedía una coplilla popular:

Adiós Caldas de Nocedo

y sus aguas minerales.

Aquí dejamos nuestros dineros,

pero también nuestro males.

El edificio de dos cuerpos resiste las décadas de abandono, con las puertas y ventanas tapiadas a cal y canto. A su lado vemos la pequeña ermita del balneario; herida de muerte con la techumbre de madera cedida y abierta al cielo. Tiene los días contados.

Julio Llamazares bautizó al Curueño como “El río del olvido”.   Las viejas Caldas olvidadas ponen su granito para darle sentido al nombre.

Seguimos hacia las hoces de Valdeteja. No tan cerradas como las vecinas hoces de Vegacervera, pero también un bonito paisaje con las montañas de piedra caliza cerrándose sobre la carretera. Recorremos algo más de la mitad y regresamos a La Vecilla. Nos queda mucha ruta.

Iglesia de Vegaquemada

Dejamos la bacheada carretera, por el buen asfalto de la CL-626 hacemos los 9 Km. que nos llevan cerca de Boñar. En el cruce tomamos dirección a León, queremos acercarnos a Vegaquemada. Una ruta por la zona bien merece que nos lleguemos a este cuidado pueblecito.

Vegaquemada es la cuna del indiano más ilustre de la provincia de León. Aquí nació Pabló Diez. Siempre se notó en el pueblo. Emigró a México en la primera década del 1900 e hizo fortuna en los negocios del pan y la levadura. Con otros industriales fundó la fábrica de cerveza “Modelo” –La Coronita- y la dirigió con acierto durante años. Amasó una gran fortuna y nunca olvido su tierra. Hombre de carácter altruista donó fondos para obras sociales tanto en México como en España. En León financió la gran obra del Santuario de la Virgen del Camino y, cómo no, en su pueblo no faltó dinero para que fuera el primero del contorno con luz eléctrica, o para remodelar la iglesia. Sorprende en un pueblo tan pequeño el gran edificio, la torre llama la atención desde la distancia.

Aquí nos detenemos. Vegaquemada tampoco se ha olvidado de Pablo Diez, y al pie de su estatua aparcamos las motos. Un breve recorrido alrededor del recinto, fotos y emprendemos camino hacia Boñar.

Boñar será la localidad más animada que recorremos a lo largo del día. La calle principal siempre viva a la hora del aperitivo. Muchos moteros pasan por la localidad los fines de semana. Hacemos un alto en el camino. Suso reposta la BMW y repostamos nosotros en la agradable sombra de una terraza.

Rodamos por la LE-331 hacia el pantano del Porma. Buena carretera, es el acceso principal a la estación de esquí de S. Isidro y se cuida. A la salida de una amplia curva, al final de la gran recta, el paredón que retiene el agua. Comenzamos a subir y nos detenemos en la pared del embalse. Hay una buena vista desde esta altura, a un lado el pantano a rebosar, al otro, tenemos a los pies la vega del Porma.

A orillas del Porma, desde la SportCam

Durante 11 km rodamos por el sinuoso contorno del embalse. Siempre con el agua a nuestra izquierda. Al finalizar el pantano vuelven las rectas. En la cola del Porma veo el acceso al pueblo abandonado de Camposolillo. No nos detenemos pues es tarde y a este paso no vamos a llegar nunca a los puertos. Con tiempo se puede entrar a verlo. Camposolillo es un pueblo fantasma, propiedad de la CHD (Confederación Hidrográfica del Duero). Fue expropiado, pues aunque las aguas no llegan a él las tierras de labor fueron anegadas al llenar el embalse. No sé si ha cambiado, hace unos años se paseaba por sus calles viendo las casas, que no estaban en mal estado. Recuerdo como la carreterilla que lo atraviesa acaba sumergiéndose en el agua.

Cruzamos Puebla de Lillo y, al final del pueblo, tomamos el desvió hacia Cofiñal. La LE-332 nos lleva hacia los puertos de Las Señales y Tarna. Se acaba el buen asfalto, durante unos 14 Km vamos a circular por una carretera de montaña estrecha y bacheada. A cambio, a medida que ganamos altura, disfrutamos de un excelente paisaje.

Al salir de Cofiñal las primeras manchas de nieve en las praderas cercanas. Cada vez más. Acabamos circulando por el espacio que esta semana abrieron las máquinas. En el alto del puerto de Las Señales, -cota máx. 1.625 m.-, nos espera medio metro de nieve.

En el puerto de Las Señales hay unas vistas excelentes de la cordillera. En la bajada nos detenemos para comer. Tenemos el “catering” en la moto. Entre la nieve, a pleno sol, con el alto del puerto de Tarna a la vista, pasamos un buen rato descansando, comiendo, charlando y haciendo fotos.

El valle del Riosol

Desde Las Señales el cercano puerto de Tarna –a 2,7 km.- no se sube; se baja. La altura es inferior -1.492 m.- El corto descenso es un balcón sobre el valle del Riosol, bien cargado de nieve, un espectáculo para la vista. No hemos podido elegir un día mejor para recorrerlo.

Tarna a la vista, bajando Las Señales

Llegamos al cruce de Tarna, límite de la provincia de León con Asturias. Sé que hay una excelente carretera, unos 20 km, en bajada zigzagueante hacia Riaño donde se puede disfrutar de verdad con una moto. Además se mezclan buen trazado y paisaje. Se lo advierto a Suso, seguro que conduce más rápido y lo voy frenando, para que aproveche la ocasión y se divierta un poco. Además, así los puedo filmar con la sportcam.

La bajada es uno de los tramos más bonitos y divertidos de la ruta. Se va muy cómodo detrás de otra moto, sobre todo si no corre, por las referencias que te va dando para conducir.

Llegando a Riaño

La nieve nos va dejando a medida que descendemos. Pasamos Burón y entroncamos con la N-625; desde la cola del pantano nos lleva hasta el cruce que hay por encima del pueblo. En él nos detenemos para llevarnos la foto con Riaño a nuestros pies, el embalse y las montañas que lo rodean.

Nos vamos por la N-621, dirección Santander. Durante unos Km. se circula a la orilla del embalse; lo dejamos atrás a medida que nos acercamos a Boca de Huergano. Aquí dejamos la excelente carretera para tomar la LE-215, durante 4 Km. hasta el desvió hacia Prioro.

Bajando hacia  Prioro

Carretera sinuosa y en estado muy desigual hasta Prioro. Los primeros km. está hecha polvo, circulamos despacio. Además es frecuente encontrar ganado. Dos yeguas con sus crías avanzan por la carretera. La cercanía de la moto las espanta y emprenden una rápida subida hacia el monte.

Más adelante, encontramos vacas y vemos algún rebaño de ovejas.

Unos 16 Km. de recorrido por una solitaria carretera. Bonito paisaje entre robles y buenas vistas a los montes cercanos cuando vamos tomando altura.

Coronando El Pando, desde la SportCam

Nos detenemos para la foto en el alto del puerto de El Pando -1.432 m.-. La bajada hacia Prioro presenta mejor asfalto y vía más ancha.

De Prioro a Puente Almuhey, 13 km de buena carretera para la moto. Aquí buscamos la CV-131/14, carretera a Taranilla y la Mata de Monteagudo. Vamos a realizar un trayecto de ida y vuelta para llegar al Santuario de la Virgen de Velilla, unos 9 km. en cada sentido.

Santuario de la Virgen de Velilla, desde la zona del merendero

La carretera local no tiene mal firme, está peor en el interior de los pequeños pueblos que cruza, donde no ha sido arreglada. Circulamos por el valle del Tuejar, un paisaje verde-verde. No sé si la época o la hora de la tarde, con el sol cayendo, hace que lo veamos todavía más verde.

En el camino un pueblo pintoresco y con historia. Renedo de Valdetuejar. Al entrar en el pueblo nos queda la iglesia a la izquierda; a la derecha se aprecia el muro y algunos cubos que formaban la muralla de palacio de los Marqueses de Prado. El origen de este linaje se remonta a la época del descubrimiento de América. Participaron en la colonización y reunieron una gran fortuna. En su tierra construyeron un gigantesco palacio que pasaba por ser el más suntuoso de la provincia. El linaje se fue a pique y el palacio siguió el mismo camino.

La fachada se desmontó piedra a piedra y acabó en León – es el Hospital de Regla, al lado de la Catedral-. En el pueblo unas cuantas casas presentan escudos y piedra reutilizada extraída del palacio.

Pablo Diez -el indiano de Vegaquemada- lo compró a Agustín Alfageme con intención de utilizar la fachada en el Santuario de la Virgen del Camino. Como no encajaba en la nueva obra, de estilo modernista, acabó regalándosela a un insigne Obispo leonés.

El Obispo Almarcha, con los 11 millones de pesetas que el Estado había pagado a la iglesia por la cesión de San Marcos –con el fin de transformarlo en Parador-, la fachada donada por Pablo Diez, y alguna ayudita más, levantó el hospital leonés.

Santuario de la Virgen de Velilla

Poco antes de llegar a la Mata de Monteagudo un desvió, apenas 200 m, nos indica el Santuario de la Virgen de Velilla. No espera uno encontrarse semejante recinto en este valle escondido.

Dejamos las motos en la explanada y nos disponemos a dar una vuelta por el entorno. Del edificio cercano sale una persona, no sé si el cuidador o el cura, y nos dice que si queremos verlo, pues se dispone a cerrar. No creía posible visitarlo en esta época, en la puerta se anuncia el horario de apertura: solo en los meses de verano.

Aprovechamos la ocasión y recorremos el interior, nuestro acompañante nos relata la historia y detalle de lo más importante que alberga el Santuario. Nos guía por los camarines donde cuelgan los exvotos y nos muestra el lugar donde la tradición dice que apareció la talla de la Virgen de Velilla, allá por el 1470. La imagen que hoy vemos es una copia, la original fue robada en 1979 y, de ella, nunca más se supo.

Agradecemos las amables explicaciones y dejamos que cierre el Santuario. Nos quedamos sentados en el exterior, de charla y disfrutando de la vista y el entorno.

La ruta va llegando a su fin, es la última parada prevista y solo nos queda regresar hacia León. Para rematar la tarde nos detenemos en Almanza. Descanso en una terraza y los últimos comentarios sobre el buen día que hemos pasado. Emprendemos la marcha para no llegar a nuestros destinos de noche.

A la altura de Villahibiera seguimos caminos distintos. Suso y “Brujjilda” han sido la mejor compañía para una bonita ruta motera por el norte de la provincia. Nos despedimos, con el deseo que hayan disfrutado el día tanto como yo, y el compromiso de volver a rodar juntos por las carreteras leonesas.

Más fotos y el post de la jornada en el blog “Los viajes de Brujilda” : Ruta en moto por la provincia de León.

 

Video-resumen de la ruta

Video-resumen: El Curueño, el Porma y Riaño, puertos de Las Señales, Tarna y El Pando

MAPA DE LA RUTA

LA RIBERA DEL CURUEÑO, EMBALSES DEL PORMA Y RIAÑO Y LOS PUERTOS DE LAS SEÑALES, TARNA Y EL PANDO

A–León  B–Cascada de Nocedo y antiguas Caldas  C–Hoces de Valdeteja  D–Vegaquemada  E–Boñar

F–Embalse del Porma   G–Puerto de Las Señales (1.625 m)  H–Puerto de Tarna (1.492 m)  I–Riaño

J–Boca de Huergano  K–Puerto del Pando (1432 m)   L–Prioro  M-Puente Almuhey

N-Renedo de Valdetuejar  O-Santuario de la Virgen de Velilla   P–Almanza   Q - León

TOTAL = 291 Km.

LUGARES DE INTERES

- La ribera del Curueño. -Si quieres recorrerla, y conocerla a fondo, consulta “El rio del olvido” de Julio Llamazares. La novela del escritor leonés –nacido en Vegamián, uno de los pueblos inundados por el pantano del Porma- es la mejor guía de la zona.

- Cascada de Nocedo y antiguas Caldas.- Cualquier época es buena –en verano cae menos agua- para ver la cascada y llegar al antiguo balneario abandonado.

- Vegaquemada.- En el pueblo del Pablo Diez perdura el recuerdo de este hombre. El indiano más ilustre de la provincia dejó su huella en la zona. De muestra, la Iglesia.

- Boñar.- La villa más animada de la comarca. El Maragato en la torre y el “esqueleto” del Negrillón siguen en la plaza.

- Embalse del Porma.- El proyecto fue realizado por el ingeniero y escritor Juan Benet. De hecho, el nombre oficial es Embalse de Juan Benet.

- Camposolillo.- Expropiado por ser anegadas sus tierras por el embalse. Durante años sus antiguos habitantes se han reunido en él durante el verano, manteniendo vivo el recuerdo de su pueblo.

- Los puertos de Las Señales y Tarna.- Desde el alto de Las Señales se domina el valle del Riosol y hay una buena vista de la cordillera. La bajada a Riaño, desde Tarna, no hay que perdérsela.

- Riaño.- El mayor encanto del nuevo Riaño: las vistas del caserío rodeado por el agua y las montañas.

- Renedo de Valdetuejar.- Los Marqueses de Prado quisieron demostrar la potencia de su linaje levantando en sus tierras el Palacio más increíble de la provincia. Entre los siglos XVI y XVIII. A la vista muros y cubos pétreos del palacio-fortaleza.

- Santuario de la Virgen de Velilla.- Venerada en los pueblos del valle del Tuejar. Santuario en un paraje singular y bonito.

DONDE COMER

La zona de la montaña leonesa es uno de los mejores lugares, estos suelen resultar un acierto. En fin de semana es conveniente reservar para no llevarse una sorpresa y practicar ayuno obligado.

La Venta de Remellan.- A medio camino entre Boñar y el embalse. Lleno seguro los fines de semana.

Bar Madrid.- En Puebla de Lillo. Apreciado desde hace muchos años por los esquiadores y cazadores que frecuentan la zona.

Ruta del Porma.- Hostal y restaurante en Puebla de Lillo.

Hostal Tarna.- En lo alto del puerto. Platos de cuchara, entre los que destaca la fabada.