Scala Coeli
Vista, con la Catedral de Salamanca, desde las torres de La Clerecía
Ahora, desde el 30 de Marzo del 2012, está abierto el acceso a las torres de La Clerecía. Desde ellas, una vista espectacular de Salamanca, que se complementa con la que ofrece el programa Ieronimus, con el ascenso a los tejados de la Catedral.
Salamanca, desde las campanas de La Clerecía
Desde La Clerecía la vista resulta más impresionante, se sube a una altura muy superior, se llega a la altura de las campanas, mientras que en la Catedral el acceso es a los tejados; además, el edificio está situado en una de las zonas más altas de Salamanca.
Las torres, protagonistas de la “escalera al cielo”
Desde la calle Compañía, fachada de La Clerecía
La colaboración entre el Ayuntamiento y la Universidad Pontificia ha hecho posible dos nuevas exposiciones. Por una parte, el acceso a las torres (Scala Coeli) y por otro la visita a ciertas dependencias monumentales de la Universidad –Vita Ignati (Vida y Contemplación). Abierta en horario de 10 a 20 horas (enero, febrero y marzo hasta las 18 h), el precio de cada una es de 3,75 €. Se puede sacar una entrada conjunta por 6 €.
Cúpula de La Clerecía
Recorrimos las dos, si bien, resulta más interesante la subida a las torres. El acceso a las torres es libre y la otra exposición hay que ajustarse a unos horarios predeterminados. Las dependencias que se recorren –con explicación guiada- son la gran escalera de honor, el claustro, el aula magna, la sala Juan Pablo II, y la iglesia. Si bien los fines de semana la visita a la iglesia suele eliminarse por la celebración de varias bodas.
Así que, por la calle Compañía, subimos la doble escalinata que da acceso a la Universidad y nos disponemos a subir a las torres.
La Clerecía forma parte de la mole imponente que es el Real Colegio del Espirito Santo de la Compañía de Jesús. El nombre de La Clerecía se debe a su adjudicación a la Real Clerecía de San Marcos cuando fueron expulsados los jesuitas.
Maqueta de La Clerecía, el proyecto inicial contemplaba construir otro tanto a la izq. de la iglesia.
El testamento secreto de la reina Margarita de Austria, esposa de Felipe III, recogía su voluntad de fundar en Salamanca un gran colegio donde se formasen y educasen los jesuitas destinados a extender la fe católica en el Imperio Austriaco –donde ya triunfaba el luteranismo- y en América.
En el ascenso hacia las torres se pasa por la sala donde está expuesto. Fue otorgado en Valladolid en 1601 y la reina falleció en 1611.
Fragmento del testamento
Tres años más tarde el rey sentó las bases para su fundación y en 1617 se iniciaron las obras de esta obra gigantesca. Inacabada, pues se construyo algo más de la mitad de lo previsto, para lo que fue preciso derribar varios barrios salmantinos. Situado en la zona alta de la ciudad, domina -con la torre de la Catedral- el cielo de Salamanca.
Sobre la puerta central la imagen de San Ignacio de Loyola, a sus pies colocaron un león de piedra (representación de San Marcos) cuando se expulsó a los jesuitas y se modificó la inscripción de la lápida inferior.
San Ignacio de Loyola , en la fachada principal
En 1767, con 150 años de obras sin finalizar, Carlos III desalojó a la Compañía de Jesús de sus posesiones.
A propuesta del ministro Campomanes la gigantesca construcción fue adjudicada a diversas instituciones, dividida en partes; siendo beneficiarios el Colegio de Irlandeses, el Real Convictorio Carolina, el Seminario Conciliar y la Real Clerecía de San Marcos adjudicataria de la sacristía y la Iglesia.
Después de la parada en la exposición situada en la primera planta, donde conocemos un poco más de su interesante historia, tomamos el camino de la escalera del campanero.
Vista de la escalera del campanero
Escalera de madera formada por tramos lineales –menos mal, porque las subidas en caracol son terribles-, hay espacio para descansar. Llegamos al primer piso de las torres. Ambas están comunicadas por un tramo que transcurre por detrás de la espadaña.
Detalle de una torre, y tramo de acceso entre ellas
La primera vista es magnífica, a nuestros pies el claustro de la Pontificia, luciendo al sol en una mañana impecable de verano.
Claustro de la Universidad Pontificia
Detrás, la cúpula del convento de las Agustinas, a la derecha se adivina la crestería del Palacio de Monterrey y la torre del convento de las Úrsulas. Al fondo se extiende la ciudad.
Vista similar a la anterior. En algunos balcones un plano ayuda a distinguir las construcciones más significativas de la ciudad. La buena posición en el casco antiguo permite ver edificios singulares de Salamanca desde otra perspectiva.
Enfrente de la fachada el primero: vistas de la Casa de las Conchas.
Jardincillo y figura del Maestro Salinas, en la Rúa Mayor
Plaza de San Isidro
360º de visión. La vista desde las torres deja ver Salamanca y su entorno con gran claridad. Muy cerca, la gran Catedral nos oculta parte de la ribera del Tormes.
La calle de los Palominos, baja hacia el convento de San Esteban
Vista hacia la Plaza Mayor, las construcciones modernas dificultan distinguir los espacios más significativos entre el enjambre de edificios.
Vamos a subir hasta la altura de las campanas, espacio más reducido desde el que hay excelentes vistas del remate del edificio.
Final de la escalera del campanero y la nueva escalera de caracol que nos lleva al último tramo
El lugar es fantástico para tirar fotos y disfrutar del paisaje salmantino. Una moderna escalera de caracol, también construida en madera permite el acceso a la parte superior de la torre.
Estamos al nivel de las campanas, aquí los amplios balcones son sustituidos por unas ventanas estrechas, protegidas con malla –para evitar las palomas, supongo-.
Aprovechamos un hueco en la malla, para meter el objetivo y llevarnos unos primeros planos
Linterna y marcas de cantero
Cúpula y la cercana torre de la Catedral
Desandamos el camino, avanza la mañana y las torres empiezan a estar concurridas de visitantes. Vamos a entrar en la Casa de las Conchas, enfrente de La Clerecía, desde el primer piso del patio porticado hay una de las mejores vistas de las torres. Aquí acaba nuestro recorrido. En Salamanca te espera una escalera al cielo (scala coeli); disfrútala.
Las torres de La Clerecía, desde la Casa de las Conchas
El patio de la Casa de las Conchas. Detalle de una torre
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