La Foto (Marzo 2011) Adiós al paso a nivel de El Crucero

… y a 148 años de historia

León. Estación antigua, ya cerrada, la noche del 18/03

18 de Marzo de 2011, es mediodía y la antigua estación del Norte de León pasa a ser historia. Construida en 1863 fue testigo del avance de la técnica ferroviaria y del desarrollo de la ciudad  durante 148 años. Por sus andenes transitaron las ilusiones de miles de leoneses. La misma técnica que vio evolucionar es la causa de su jubilación. La prevista llegada del AVE para el año 2012  hace necesario construir una estación provisional, apenas a 100 m. de la antigua.

Antigua estación, al fondo la nueva instalación provisional

La escenificación del cierre se desarrolla a escasos 500 m. de la misma. Con la estación desaparece el paso a nivel de El Crucero, reivindicación histórica de los leoneses, ya hemos perdido la cuenta de los años que han pasado desde que se comenzó a anunciar su desaparición. Pero hoy parece que la cosa va en serio. Cuesta creerlo.

El último tren  por El Crucero

Poco después de las 12 se baja la barrera para el Alvia Gijón-Madrid, un tren ultrarrápido que será el último convoy comercial en cruzar el paso a nivel.

  Expectación antes de la última bajada de barrera

  Entra el Alvia; la Mikado  lista para el último viaje

El honor del último viaje esta reservado a  una antigua locomotora Mikado que realizará el trayecto entre la cercana estación y el paso a nivel.

El simbólico paso de la Mikado clausura el paso a nivel

Nada más pasar la legendaria Mikado se desmontan las barreras, símbolo de la división que sufría la ciudad.

Muchos cientos de leoneses, tal vez incrédulos,  se acercaron a ver sí, por fin, era verdad que desaparecía el paso a nivel. Entre ellos muchos antiguos trabajadores de Renfe. El Crucero era el barrio de los ferroviarios y en el ha transcurrido toda su vida, oyendo y sintiendo el paso de los trenes,  en sus caras se veía un punto de tristeza. El paso era un incordio pero también un recuerdo imborrable en su vida. Cuando circula la  Mikado, pitando y resoplando,  muchos ojos húmedos y alguna lágrima se desliza por el rostro de más de uno.

Hombres curtidos en mil viajes, que te cuentan con detalle como se trabajaba en el tren en  los años 50 y 60 cuando  la ruta entre León y Asturias no era un viaje de placer, sino una aventura. Las penalidades que pasaban para cruzar la cordillera, donde Pajares o La Cobertoria eran los apeaderos del fin del mundo.

En la “inglesa”, inicios de los 60. Cortesía de Pedro.

Viajes en viejas máquinas de vapor, luego sustituidas por la famosa “Inglesa”, ya eléctrica y que representaba una gran avance técnico.

Más tarde los trenes rápidos, hasta llegar al Talgo y ya pronto la alta velocidad que reduce a un tercio la duración de algunos trayectos que conocimos.

En unos minutos vimos desfilar el ayer y hoy del ferrocarril; como una estación muere y, a la vez,  otra nace;  como desaparece una barrera, que parecía insalvable, en la ciudad. Tantos años imaginando como sería sin el paso a nivel, y en el primer paseo nocturno lo echamos de menos.

El Crucero. Las vías cortadas y el paso a nivel desmontado. En el centro la caseta del guardagujas