La Foto (Julio 2010) Piccadilly Circus

El corazón de Londres

La famosa plaza e intersección de calles es una imagen que todos conocemos, no hace falta haber estado en Londres para identificarla. Las grandes pantallas de video y carteles de neón que cubren la fachada del edificio que hace  esquina con la Regent’s Street es una imagen universal. 

De día  muy transitada, tráfico y mucha gente de paso por la céntrica zona.

De noche es un espectáculo más de Londres. La diversión esta asegurada por su ambiente variopinto, y en muchas ocasiones, amenizada por músicos callejeros, bailarines de break, u otras actuaciones.

Unas cuantas noches de la semana  en Londres acabaron en Piccadilly Circus. El final del día se repartía entre la céntrica plaza y el animado pub de Bloomsbury –Marquis Cornwallis- que nos quedaba tan a mano del hotel.

Piccadilly está a un paso de zonas que atraen mucha animación nocturna; se cena en  el Soho o en las coloridas calles de Chinatown –menudo imperio amarillo hay montado-, o se toma algo en las terrazas de la cercana Leicester, se va al teatro y a un musical de la extensa oferta que se extiende desde aquí hasta el Covent Garden, o puedes mezclarte en el ambiente de pubs, teatros y discotecas que hay en el entorno de la Shaftesbury Avenue.

A un paso de toda esta movida nocturna también se encuentra una zona mucho más tranquila; si te acercas hasta la bonita Trafalgar Square, merece la pena verla al anochecer presidida por la National Gallery.

La animación diaria deja paso la noche del sábado al desmadre total. La calle atascada de limusinas, gente de juerga, con el índice etílico más alto de lo normal y todos los sitios mucho más abarrotados.

Es el día y el lugar ideal para “tirarse a la piscina”, nadie se va a sorprender.

La  fuente y sus escaleras se convertían al atardecer en inesperada y privilegiada tribuna para observar lo que pasa  y a los que  pasan en la pequeña plaza. Uno la imaginaba mucho más grande; como nos engañan con los grandes angulares.

Piccadilly es el lugar de encuentro de muchos jóvenes, el paso inevitable de los turistas para hacer unas fotos, y atalaya para todas las razas que sentados en la fuente observamos el ambiente en un lugar donde somos actores y espectadores.