La Foto (Febrero 2010)

Castillo de Bragança

Fin de semana en Bragança (Portugal). La histórica  capital de Trás Os Montes conserva una ciudadela medieval en la cumbre de la colina  Benquerença. En el recinto, doblemente amurallado, se encuentra en castillo que se construyó a partir de 1409.

Una primera muralla, con más de 600 m. de perímetro y muros de unos dos metro de espesor rodea la antigua ciudadela. Las puertas de acceso todavía marcan la calle principal del antiguo trazado medieval. A los lados, estrechas calles que dan acceso a las pocas viviendas que hay dentro del recinto.

La segunda muralla, con siete cubos, defiende la torre del homenaje, una de las mas bonitas de Portugal, ordenada su construcción por Joao I. Buen ejemplar de arquitectura gótica que se alza 33 m. sobre el suelo. Torre imponente con muy pocas aberturas, en las que destacan las dos elegantes ventanas góticas que se aprecian –cada una en una pared- en la foto superior.

Al gigante de granito subimos por una escalera de piedra adosada a su cara septentrional. Antiguamente a la altura de la puerta se llegaba por un puente levadizo. El interior es un importante y curioso Museo Militar.

Una escalera de piedra da acceso a las 3 plantas. En sus salas se expone  la evolución del armamento desde los siglos XVI al XX. Curiosa colección fundada en 1932 por un coronel –Antonio José Teixeira-, donde vemos imponentes espadones medievales, cotas de malla, cascos, corazas, guanteletes lanzas…, hasta las primeras armas de fuego –mosquetones y fusiles- y la evolución de sus mecanismos de disparo, desde la chispa hasta la percusión.

Un extenso recorrido por la historia de la “maquinaria de matar”, cada vez más perfeccionada para su fin, y en la que no faltan armas de todos conocidas. Desde el Colt y los Winchester típicos de la época del Oeste, pistolas semiautomáticas Mauser o Smit&Wesson de diversos calibres, hasta uno de los primeros Kalashnikov. Hay muchas piezas de la campaña de África, desarrollada en la 1ª Guerra Mundial, y en la que Portugal participó de forma activa. En el Museo no se permite fotografiar.

En el interior del recinto amurallado hay una torre de menor tamaño, conocida con el nombre de Torre de la Princesa. Fue construida con fines militares y utilizada por gobernadores y alcaldes. Como buen castillo que se precie no le falta su leyenda.

La leyenda de la Torre de la Princesa recoge los amores de una bella princesa huérfana enamorada de un joven caballero, noble y valiente; pero sin un duro. Él abandona el pueblo en busca de fortuna prometiendo regresar y la Princesa debe resistir los intentos de su tío, impaciente por casarla.

Finalizada la visita interior damos un buen paso por lo alto de sus murallas. Desde su perímetro hay una excelente vista de los alrededores de Bragança, que claramente muestra porqué esta región se llama Trás Os Montes.

Durante el fin de semana subimos varias veces a la zona del castillo, con nubes, con sol, de noche. Un lugar tranquilo, apenas había turistas visitándolo y recorrer las estrechas calles de la Ciudadela y disfrutar del paisaje del entorno resultó agradable.

El domingo amaneció con un nueva y sorprendente vista: Bragança nevado. Una fina capa de nieve caída durante la noche, había cubierto la ciudad.

El recinto amurallado y la ciudad cuentan con otros atractivos para el visitante que los dejaré para otra entrada sobre esta interesante y vecina ciudad Portuguesa.