miércoles, 28 de enero de 2009

Saint Martin des Champs (París)

Vengan a ver girar el mundo!!

Así anunciaba León Foucault el experimento que en 1851 realizó en el Panteón de París para demostrar, de forma práctica, la rotación de la tierra y la existencia de la fuerza de Coriolis.

El Panteón fue el lugar elegido por la gran altura que proporcionaba su cúpula.

Los materiales necesarios para la demostración no podían ser más sencillos: algo más de 60 metros de cable, un pesado péndulo de 28 kg. y un saco de arena fina.

Péndulo de Foucault, en el Pantheón desde 1995
En su parte inferior se había dotado al péndulo de un puntero que dejaba una traza sobre la arena. Su variación acreditaba la leve desviación de dirección.

En realidad el experimento no era nuevo ni tampoco la verificación que ofrecía. En 1661 se había realizado en Florencia un experimento semejante, pero los tiempos no estaban suficientemente maduros para nociones de tal naturaleza...

Atraídos, no solo por ver "girar el mundo" -también hay un péndulo de Foucault-; sino por la bonita arquitectura de la basílica de St. Martín des Champs, visitamos el Museo des Arts et Métiers.

Construida a caballo entre el Románico y el Gótico, es una buena oportunidad para ver muchos de los objetos originales que Foucault, Pascal o Bollée fueron capaces de desarrollar en una época en que las mentes privilegiadas de estos hombres iban muchas decenas de años por delante de los materiales y tecnología de su tiempo.

El Museo muestra los avances técnicos más importantes desde 1750. Desde antiguos patrones para certificar medidas; componentes de ordenadores antiguos y modernos sistemas de almacenamiento informático utilizados hoy en día. Aquí podemos ver sus tripas.

Me atraía, especialmente, ver algunos de los ejemplares originales de máquinas de calcular diseñados por Blaise Pascal y León Bollée. Ambos fueron capaces de fabricar -curiosamente a la misma edad de 19 años- máquinas de calcular de gran complejidad.

Pascal, en 1642, la primera sumadora mecánica - la Pascalina, foto derecha-. Su complejidad era tal que solo Pascal era capaz de repararlas. Desde muy niño había demostrado su capacidad para resolver complicados problemas matemáticos. La historia de la informática reconocerá su contribución en el campo del cálculo elemental y esta considerado como uno de los precursores de la misma. El Museo también conserva el instrumental original con el que probó la existencia del vacio y la dependencia de la presión respecto a la altura.

Bollée, en 1889, construyó la primera máquina de calcular que realizaba multiplicaciones directas. Fué conocida como "La Millionaire" y tuvo un gran éxito comercial.

Hay más paralelismos en la vida de estos dos genios. El origen de las dos máquinas fue que sirvieran de ayuda a sus padres; el de Pascal un alto funcionario, recaudador de impuestos y el de Bollée dueño de una fundición y afamado fabricante de algunos de los primeros vehículos a vapor en Le Mans.

Posteriormente Bollée se dedicaría a su verdadera afición: construir y pilotar coches de carreras.

Algunos de los primeros ordenadores domesticos de los años 80 como los Spectrum Z80 y Commodore-64 están en sus vitrinas. Guardo un Commodore-64, empaquetado en su caja original y con su correspondiente joystick, mandos para jugar y cassette -creo que todo en perfecto funcionamiento-, en el que grabábamos las cintas con los programas. Muchos de ellos tras horas y horas de teclear las instrucciones manualmente en el lenguaje Basic que el ordenador soportaba. Que increíble lo que se podía hacer con esta máquina con una memoria de 64 K y trabajando a menos de 1 Megaherzio. Encontrar un objeto que me resulta cotidiano -hasta no hace tanto tiempo- en las vitrinas del Museo, da que pensar...

Innumerables salas que recorren la historia de la fotografía, desde el daguerrotipo hasta las modernas cámaras digitales. Preciosas Exaktas y Leicas antiguas.
Máquinas de escribir, gramófonos, grabadoras, un recorrido por la historia del teléfono y complicadas máquinas de tejer, auténticas obras de arte en madera que sentaron las bases de algunos principios que, todavía hoy, siguen en uso. Un largo etcétera de objetos cotidianos e industriales.

El recorrido por diversas salas finaliza en el bonito espacio de la iglesia, donde las formas arquitectónicas, románicas y góticas, contrastan con los cuerpos extraños que allí se exponen.

Un Renault F1 utilizado por Alain Prost y un elegante Hispano-Suiza comparten el espacio con otros vehículos clásicos y viejos aviones.

La impresión espacial es imponente, por los numerosos contrastes. Resulta atractiva y original.

Este post ha salido más largo de lo deseado. Nada mejor que la cita de uno de estos genios "que habitan en el Museo" para poner el punto final: "He hecho esta carta más larga de lo usual porque no tengo tiempo para hacer una más corta". (Blaise Pascal).


En París hay mucho lugares curiosos e interesantes –como este Museo-. Por suerte,  ignorados por la mayoría de turistas. Una pequeña muestra:

Shakespeare & Co. La librería más famosa del mundo

Chartier; una casa de comidas

El Marais. Un paseo medieval

Los pasajes de París. Elegancia y belleza de una época pasada.

4 comentarios:

  1. Excelente artículo compañero, yo soy un nostálgico de esos Spectrum Z80 y Commodore-64.
    Poco después tuve mi primer ordenador : un Amstrad con pantalla negra y escritura en verde que era una gozada y aún funciona.
    Cuando se me quedó pequeño me compre mi primer MAC y desde entonces soy maquero (cliente convencido de Apple - MAC)

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  2. Que tiempos, Elo; los Spectrum, Amstrand, Atari, nos parecian unos maquinones que se superaban en cada modelo. Ya son artículo de Museo, o sea que hay que conservarlo.
    Si saltaste directamente a los MAC elegiste bien. Muchos nos quedamos en el "purgatorio" del Windows y seguimos penando los "pecados" de otros.No por mucho tiempo, despues del último portatil con el insufrible W. Vista no habra más oportunidades. El siguiente arquitectura Mac o sistema Linux.

    Saludos

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  3. Interesante post y una de las innumerables cosas que quedaron por visitar, ya que sólo estuve un día en Paris.

    Menos mal que pronto volveré.

    Gran post Carlos, un abrazo ...

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  4. Siempre hay cosas que ver en París, aunque vuelvas pronto no hay problema de "repetir"
    Tony un abrazo,

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