León Paris, vuelo directo

Una Escapada en Enero

Air Nostrum anuncia la primera ruta internacional desde el aeropuerto de León y nos anima a una pequeña escapada -ya pasadas las Navidades- a París.

Desde finales de Diciembre hay vuelos directos desde León al aeropuerto de Orly. Viaje de ida-o vuelta- los Miércoles y Sábados, y hasta el 31 de Marzo a un precio irresistible: 115€ (precio final).

Convencidos de que no vamos a pasar más frió que en León, ola polar incluida, el sábado cogemos el avión y en hora y media nos deja en Orly. Son las 17,15 de la tarde, ya de noche, y para llegar al centro elegimos -entre las diversas opciones que hay-, el autobús “París pour le Train”, que nos dejará -en unos minutos- en la estación de Pont de Rungis. Desde allí el RER C nos llevará hasta Orsay. Al otro lado del Sena, en la zona de St. Honoré se encuentra nuestro hotel.

Apenas hace un año nos habíamos alojado en el entorno de la Rue Rivoli. Esta vez elegimos el Hotel des Tuileries. A escasos metros del moderno edificio del Mercado de Saint Honoré; con la Plaza Vendôme a cinco minutos escasos, y a poco más la Opera, la Madeleine y el Louvre.

La elección fue un acierto, en el corazón de París, y desde allí accedimos paseando a la mayor parte de los sitios. El hotel bien, lo encontré mejor que el Grand Hotel de Champaigne, donde nos alojamos en Marzo del pasado año. Las habitaciones pequeñas –como suele ser habitual- y con una tranquilidad absoluta. El personal del hotel muy amable y servicial, resolvió con acierto y prontitud un cambio de habitación que pedimos, y se esforzó en entendernos y respondernos en español cuando nuestro francés e ingles no daban más de sí. La ubicación del mismo inmejorable.

Muchos y buenos comercios alrededor (la mayor parte tiendas de lujo); la zona es "fashion"... y los precios también. Calles muy animadas de día y tranquilas y silenciosas de noche.

Al salir de la estación de Orsay, Paris nos recibe con una nevada de los días anteriores que todavía perdura en los jardines. Cruzamos el Sena por el Pont Royal hacia las Tullerias, bonito espectáculo nocturno con los jardines y el entorno del Louvre blanco, y en unos minutos llegamos a nuestro alojamiento.

Plaza Vendôme

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"Tomando el sol en las Tullerias". Así de fresquita se presentaba la mañana del sabado

Cuatro días -los dos primeros muy fríos- sin lluvia, que nos dejaron patear kilómetros y kilómetros por una ciudad en la que solo el cansancio te hace detenerte. Atractiva de día y de noche, siempre con mil cosas por descubrir.

El regreso fue vía Valladolid, pues la niebla impidió aterrizar en León, y en autobús el trayecto final. Un pequeño contratiempo ocasionado por el tiempo invernal –y la nieve que nos perseguía, en París ya había desaparecido y pasado el temporal que aquí vuelve a cubrir todo de blanco-.