Cinco días en París

Nos hospedamos en el Grand Hotel de Champagne, muy céntrico, a escasos metros de la Rué Rivoli y con la mayor parte del centro turístico accesible a pie, ya que así haríamos escasos viajes en el metro, prácticamente solo hasta el Sacre Coeur, el Arco de Triunfo y la torre Eiffel. Es sábado, todavía en horario comercial -con todo el bullicio de sus céntricas calles- y disponemos de 4 días para descubrir un poquito de la ciudad...
Imborrables los bonitos paseos que puedes dar al anochecer. La torre, Notre Dame, la Concergierie a orillas del Sena, el Louvre, etc.... las iluminación nocturna los resalta de manera magnífica y son imágenes que quedan grabadas para siempre.
La belleza de la inmensa Notre Dame. De noche la puedes admirar tranquilamente; sin rastro del barullo turístico que hay a lo largo del día.



Como el hotel estaba muy cerca de estos sitios no dudamos en salir, ya tarde algún día, para obtener estas magnificas imágenes.
A la izquierda el Hotel de Ville -Ayuntamiento de París- con el agua de la lluvia recién caída resaltando la iluminación del edificio.
El Sena tiene un bonito entorno, edificios históricos que de noche resaltan con las luces y reflejos de su propia iluminación y del río... El encanto de los "bateau" que hacen los recorridos nocturnos.
Imagen nocturna de La Concergierie desde la otra orilla del Sena.
Imagen nocturna de La Concergierie desde la otra orilla del Sena.

Y aunque nuestro destino eran las torres de Notre Dame, al pasar por la entrada vimos que en ese momento empezaba a entrar la gente y aprovechando la escasa cola -no más de 20 personas- la visitamos en primer lugar.
Que vamos a decir de las vidrieras que ya no esté escrito!!
Parada imprescindible para cualquier visitante!.

La Gioconda... casi es mejor no intentar verla... a unos 15 metros con protección de cristal blindado y rodeados de varias filas de gente cuyo único interés parece ser fotografiarla... como sea. Sinceramente creo que se ve mejor en muchos libros de arte. Pero bueno... es un rito más.

Choca ver como cuadros firmados por Rafael o Caravaggio apenas llaman la atención. Con una sola de esas obras cualquier ciudad del mundo tendría un Museo que justificaría la visita... tal es el exceso que te rodea en miles de metros cuadrados. Pero bueno, solo esto, ya es una buena disculpa para volver a París en cualquier momento.
Tuvimos oportunidad de ver París desde las alturas en varias ocasiones, el Sacre Coeur, la 7ª planta de las Galerías Lafayette, el Arco de Triunfo -al que subimos de noche- y las Torres de Notre Dame.
Me quedo con esta última. Desde las Torres de Notre Dame obtuve las vistas más bonitas de París. creo que su situación - en el centro de la ciudad- las hace inmejorables. Hay otras que no conocí, como el rascacielos de Montparnasse y el último piso de la torre Eiffel, pero creo que el éxito no es por la altura sino por la situación. Y tanto la torre como el rascacielos tal vez sean demasiado altos, pues superan los 200 metros.

Desde la Rue Rivoli hasta la Plaza de la Bastilla y la Plaza de los Vosgues se da un agradable paseo. En la Rue Saint Antoine encontraras muchos comercios de comestibles, ya fuera del circuito turístico y podrás comprar magníficos quesos franceses en una par de Fromageries que hay en la zona, así como vino, cuidadas fruterías que exponen las mercancías con detalle y unas excelentes pastelerías y boulangeries (la de Paul en esta calle, es excelente -la foto de pan es de allí-).



Queso, pan y vino... ¿que más quieres amigo Sancho?
A ver cuando nos invitas a otro viaje de estos!!! un besooo!
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