Viaje al corazón de la “Estrela”
Gouveia – Manteigas – Poço do Inferno - Torre – Sabugueiro – Seia
Quinta do Adamastor, el día amanece nublado, una pena, la zona con el cielo azul debe ser espectacular. Desayunamos solos, nadie madruga en el hotel, y damos un largo paseo por los jardines de la Quinta.
Nos lleva un buen rato el recorrido, hay muchas especies de flores y arbustos diferentes, antiguos arboles, seguramente centenarios por el diámetro del troco de algunos pinos y eucaliptos. La Quinta conserva lugares curiosos, como el antiguo lavadero entre los jardines. Instalaciones agradables en este tiempo, en verano tiene que ser un lujo para descansar y hacer escapadas para disfrutar del paisaje de la “Estrela”.
No tiene mucho atractivo aparte de ser una de las entradas de la sierra. Un corto paseo por la zona céntrica y seguimos nuestro viaje.
A partir de Gouveia la carretera –N232– va tomando altura, la nacional está en regular estado y no es muy ancha; aquí las prisas no son buenas. Circulamos despacio, se agradece pues en su mayor parte la carretera es un mirador y apenas hay tráfico.
Sopla el aire con fuerza, cada vez estamos más expuestos por la altura, y la temperatura desciende considerablemente, llegando a marcar 4º. Solo esperamos tener la suerte de no ascender hasta la zona de niebla, daría al traste con las vistas que disfrutamos durante todo el recorrido. En la zona baja del valle una planta de agua mineral, perdida en tan solitario paraje.
Desde Gouveia a Manteigas hay unos 35 Km., paramos en innumerables ocasiones así que el trayecto se alargó considerablemente, sin olvidarnos que aquí los kilómetros son de 2.000 metros.
La carretera comienza a bajar hacia Manteigas y nos ofrece las vistas más espectaculares del viaje. A nuestros pies el valle glaciar del Zézere, una U casi perfecta, surcado por el rio y la rectilínea carretera. Es un paisaje de cuento.
Riachuelo y perspectiva del valle, ya cerca de Manteigas
A lo largo de la bajada hay innumerables miradores, riachuelos que se despeñan por la ladera, rebaños de ovejas y cabras que trepan rápido y escapan de nuestra vista al acercarnos.
A medio camino la Pousada de San Lourenço, en una bonita zona de bosque y excelentes vistas sobre Manteigas y el valle.
Curvas, más curvas y contra curvas en un entorno espectacular hasta llegar al pueblo. Manteigas –unos 3.500 habitantes- es un pueblo típico de montana.
El rio Zézere, todavía pequeño, cruza rápido la localidad. El pueblo tiene cierto aire turístico, hay algunas tiendas de productos de la zona. Venden queso, licor, prendas de pura lana que aquí hace muchos años que no vemos. Paseo y parada obligada para comer en uno de los restaurantes de la localidad.
Seguimos nuestro viaje tomando la carretera que nos lleva hacia el valle. El tiempo ha mejorado y se deja ver el sol, la temperatura no tiene nada que ver con la que soportamos por las alturas. Al salir de Manteigas hay un bonito paisaje hacia el pueblo.
Apenas circulamos un par de Km. y el desvió nos advierte de la dirección al Poço do Inferno. Marca 6 Km. y nos 
No hemos circulado 2 Km y viene otro vehículo de frente… debe conocer el terreno y retrocede unos 50 m., para dejarnos sitio, los dos no entramos.
Cascada Poço do Inferno
Estamos subiendo por una zona boscosa, el paisaje es magnífico, con Manteigas en el fondo del valle y grandes vistas. Respiramos al llegar a la zona acondicionada como aparcamiento; a pocos metros está la cascada.
El rio Leandres se despeña unos 20 metros en un bonito entorno. El acceso está acondicionado con unas barandillas –a modo de quitamiedos- para subir por la ladera de piedra.
Un pequeño puente, desde el que hay una buena vista, permite cruzar al otro lado del rio y llegar al pie de la misma.
Deshacemos el camino ya sin la emoción de la subida, una vez comprobado que son 3 o 4 los tramos donde no hay espacio para cruzarse dos coches, el resto sin problema.
A nuestra derecha mucha agua por la montaña, se aprecia a gran altura una cascada de tamaño considerable, con un buen caudal de agua. Con el teleobjetivo conseguimos algunas imágenes.
Llegamos al final del valle, último vistazo al paisaje con Manteigas al fondo. El valle se abre a una zona montañosa más amplia.
A partir de aquí la carretera se ensancha, es una buena nacional y con buen firme, aumenta el tráfico por la cercanía de las pistas de esquí.
Continuamos subiendo hacia el pico Torre (1.993m), el sol deja paso a las nubes y la niebla acecha en las cimas. Nieve en la cuneta y nos sumergimos en la bruma. Llegamos hasta el desvió que conduce al pico Torre, ahí debe estar la montaña, hoy no recibe, apenas hay visibilidad y durante unos cuantos km circulamos metidos en la espesa niebla.
Es domingo y hay muchas familias que han acudido a pisar nieve con los niños. Seguimos nuestro recorrido hacia Seia, en el puerto no se ve nada de nada.
Nuestros vecinos se encargan de darle al trayecto un punto de emoción. Circulamos por la zona más alta, donde hay aparcamientos a los lados de la carretera, no se ve a 20 m… y flipamos viendo como muchos vehículos circulan sin luces. No me llega la camisa al cuello, a 30/40 km por hora y temiendo que en cualquier momento aparezca un coche de frente o delante sin luces. Visibilidad nula y van tan tranquilos. En esta vertiente la niebla nos acompaña hasta cerca de Sabugueiro, el recorrido se hace eterno hasta que bajamos lo suficiente para salir de la niebla.
Sabugueiro es una pequeña localidad, turística por la proximidad de las pistas de esquí.
Es el pueblo más alto de Portugal (1.050 m.). A lo largo de la carretera salpicado de tiendas con material para la nieve y productos de la zona. Cuelgan en el exterior los trineos, prendas de lana y las pieles de vaca –típicas de la zona-.
La localidad es famosa por la cría del “cao da serra” –perro pastor de la zona-. Vemos unos cuantos cachorros a la venta.
Llegamos al último destino de nuestro recorrido. Seia -7.000 habitantes- es la principal zona urbana en la región y otra de las puertas de la Sierra de la Estrella. Breve paseo por sus calles céntricas, en la zona nueva hay varias queserías abiertas y aprovechamos para llevarnos el típico queso, producido con la leche de las ovejas Bordaleiras que pastan en esta sierra. Lo acompañamos con licor de castañas y, siguiendo la recomendación que nos hacen, requeijao y dulce de abóbora (calabaza), la combinación resulta muy buena.
Buscamos la N17; pasando nuevamente por Gouveia nos devolverá a nuestro alojamiento en Figueiró da Serra.
ALOJAMIENTO
Preparando el viaje buscaba alojamiento en Manteigas, corazón de la sierra. Por suerte no encontré nada a mi gusto. Tuvimos ocasión de comprobar que la localidad es agradable y el entorno todavía más… pero llegar y salir de ella lleva un tiempo considerable. En dirección a Gouveia, o hacia Seia, las carreteras son estrechas y reviradas alargando mucho los desplazamientos. Manteigas es bueno para alojarse si pretendes hacer rutas a pie o en bici por el valle, donde lo tendrás todo a mano.
El pueblo donde caímos – Figueiró da Serra- resultó acertado. A muy pocos km. otras localidades con encanto –Linhares, Folgosinho- Parece buena idea buscar el alojamiento en alguna de las poblaciones que salpican el valle, las pequeñas ciudades de la zona – Gouveia y Seia- carecen de atractivo.
DONDE COMER
O’Albertinho .- En la plaza de Folgosinho
Fonte dos Namorados.- En Melo
Cova da Loba.- En Linhares da Beira
ABM.- En Sao Paio
QUE COMPRAR
La “estrella” de la zona es el Queijo da Serra –el mejor de Portugal-, fabricado con diferentes grados de curación. Excelente, para mi gusto, el “amanteigado” (poco curado, untuoso) acompañado con pan de centeno. Prendas artesanales hechas con pura lana de oveja. Guantes, gorros, bufandas, chaquetas y jerséis se siguen fabricando como “los de antes”.
En la zona de destilan algunos licores y se encuentra vino de la vecina región del Dao.
CARRETERAS
Una vez abandonada la autopista el recorrido transcurre por carreteras de segundo y tercer orden. Muchas sin pintar y en regular o mal estado. La parte buena: apenas hay tráfico.
Precauciones: las propias de un viaje por carreteras de montaña…y las añadidas por cómo se sigue circulando en Portugal. Sorprendidos, pasamos un trayecto complicado en el entorno del pico Torre. Carretera excelente, pero niebla densa con visibilidad mínima, y la mayoría de coches sin luces, con una gran sensación de inseguridad.
MAPA DEL RECORRIDO
Figueiró da Serra (A) – Gouveia (B) – Manteigas (C)- Poço do Inferno (D) – Pico Torre (E) –Sabugueiro (F) – Seia (G)
MAS SOBRE LA “ESTRELA”
Entradas
Muy buenas entradas, esta y la anterior!! Es una zona de Portugal que me encanta, y que no me cansaré de recorrer.
ResponderEliminarUno de los mejores paisajes naturales de Portugal, y tiene unos cuantos. Buen lugar para perderse.
ResponderEliminarPurkinje, un saludo.
gracias
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