miércoles, 29 de abril de 2009

Paseos nocturnos

Anochece en Copenhague

Atardecer en el Nyhanv, al fondo Hotel d´Angleterre en la Plaza Kongens Nytorv

A las 21,00 horas la ciudad comienza a oscurecerse. Horario al que estamos acostumbrados, al contrario que el amanecer, pues a las 5 de la mañana ya luce el sol. Los paseos nocturnos por la ciudad nos dejarón estas imagenes.


Torre del Rishshuset-Radhuspladsen-, con su famosa chica del tiempo y termómetro en la esquina







Solitaria y en penumbra, la única animación -escasa- la encontramos en la Radhuspladsen y en la zona del Nyhavn, con algo de gente en las terrazas y muchos bebiendo sus cervezas al borde del canal. Un botellón silencioso y en penumbra para nuestras costumbres. El turístico Nyhavn me pareció mucho más bonito de día que de noche.

Teatro Real

En la centrica Kongens Nytorv destacan los edificios del Teatro Real, el Magasin du Nord -los grandes almacenes más importantes de Copenhague- y el clásico Hotel d´Angleterre, con 250 años de lujo y tradición.



Hotel d´Angleterre (Kogens Nytorv)

Sorprende la oscuridad de la ciudad, solo hay farolas suspendidas en el centro de la calzada, con una luz muy tenue y los edificios destacados levemente iluminados. Como la ciudad tiene fama de muy segura paseamos tranquilamente, en otro sitio nos los pensariamos

Las calles, solitarias; a las 10 de la noche no hay -literalmente- nadie, y paseamos solos por la comercial Stroget y la centrica avenida que lleva hasta el palacio de Amalienborg.


En la residencia real se ven algunas ventanas iluminadas y pasamos un buen rato intentando hacer fotos utilizando de apoyo los elementos que rodean a la estatua de Frederik V, situada en medio de la plaza. Tarea casi imposible, pues hay tan poca luz, que con sensibilidad 1600 Iso, el diafragma de la cámara está abierto de 4 a 6 segundos. Imposible no hacer fotos movidas.

Frío, sopla un aire helador y se nota la proximidad del agua. Impresiona la soledad y oscuridad de la gran plaza y los cuatro edificios palaciegos. Estamos un buen rato, solos por la plaza, se oyen los pasos de la Guardia Real, que al píe de los edificios hacen su ronda y a los que vemos pasar a interválos regulares bajo la luz amarilla de las farolas.

Practicamente a oscuras, desistimos de aproximarnos mucho a los guardias reales, pues a cierta distancia bajaban su arma automática del hombro y apuntaban al suelo..., así que preferimos no molestar.


Copenhague Opera House de Henning Larsen

Enfrentada al palacio, en una isla, separada por uno de los brazos de mar que penetran en Copenhague esta la Opera. Es el único edificio sobreiluminado que encontramos, como un gran faro enfrente de nosotros. Arquitectura espectacular de día y de noche.

De vuelta al hotel nos encontramos esta reliquia en una solitaria calle, una antigua vespa con sidecar perfectamene restaurada. Con gusto habríamos emulado a Gregory Peck y Audrey Hepburn en vacaciones en Roma. Romper el silencio de la solitaria y dormida Copenhague con el petardeo de la vespa habría sido un lujo. En el cielo esperaba una autopista de estrellas. La escasa contaminación lumínica también tiene sus ventajas.




2 comentarios:

  1. Sinceramente admiro lo que haces,
    Muchos saludos!

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  2. Hola Vicky:
    Gracias por visitar el blog, y
    muy agradecido con tu comentario.

    Saludos

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