domingo, 5 de octubre de 2008

Un día en Copenhague

Copenhague

Nyhanv

Un buen madrugón y 2 horas y media de viaje, por la transitada autopista E20, nos separaban de Copenhague. Como siempre, espectacular el paso por los puentes que separan la península de Jutlandia de la isla de Fionia, y el gran puente –más de 15 km. sobre el mar- que separa Fionia de Seelandia. Bonitos paisajes, en una mañana soleada, con esa sensación de intranquilidad que te hace sentir el circular por una carretera suspendida en el mar.

København Centrum era nuestro destino. Accesos muy bien señalizados y fácil entrada para ser una gran ciudad. Tráfico moderado y cuando nos damos cuenta ya tenemos a nuestra izquierda la estación de tren y al lado el Tívoli. Era nuestro punto de partida para recorrer la ciudad.

Nos dirigimos a un parking subterráneo, en la misma Radhuspladsen (Plaza del Ayuntamiento), y surgió el único inconveniente con la altura de la furgoneta, que iba algo justa, el parking marcaba altura máx. 2m. No todo iban a ser ventajas, el utilizar un vehículo de ese tamaño.

Hubo que buscar otro, con el consiguiente mosqueo de a ver si no vamos a encontrar donde aparcarla… Nos las prometíamos muy felices, llegar, aparcar en la plaza del Ayuntamiento y a callejear…

Habíamos visto una señal indicando otro cercano, y para allí nos dirigimos, al lado del Radisson Sas. Hubo suerte –marcaba altura máx. 2,15-, lo justo para no tener ningún problema.

Caminamos hasta la Radhuspladsen donde vemos los bonitos edificios del Ayuntamiento y del Hotel Palace, en contraste con otros de modernas oficinas acristaladas.

Nuestro primer destino era la Carlsberg Glyptotep, al lado del Tívoli. Vamos a visitar el museo para despreocuparnos con el tema de los horarios. No conviene olvidar que todo cierra muy pronto.
Bonito edificio y magnífica colección atesorada por la familia Jacobsen, propietarios de la Carlsberg y que fué donada al estado danés. Combina un edificio clásico con zonas de una moderna arquitectura muy bien resuelta. Hay una terraza desde la que admirar la parte exterior de la cúpula y una buena parte de los tejados de Copenhague.
Nada más entrar el espectacular invernadero, con una vegetación exuberante y excelentes esculturas, en un entorno que ya invita a quedarse largo tiempo para disfrutarlo. Excelente colección de arte Egipcio, incluyendo sarcófagos y momias, romano y etrusco. Colección de impresionismo con obras de Monet, Pisarro, Degas. Tiene la colección más importante de Rodin fuera de Francia. Magnífica colección del post-impresionista Gauguin, unas cuantas de sus obras más famosas cuelgan de sus paredes.

Es posible hacer fotos dentro del Museo, excepto en las salas de pintura, donde está prohibido.
La primera impresión de Copenhague no ha podido ser mejor.
Como se nos hace un poco tarde para comer volvemos hacía la Radushpladsen y casualmente aterrizamos en un restaurante que habíamos visto al pasar -Copenhagen Corner-, donde comemos en una terraza acristalada. Enfrente el Ayuntamiento y el H. Palace, excelente lugar por situación, vistas, y por la comida, una de la que más nos gustó, a base de Smorrebrod –especie de sándwich desmontado- con sus diferentes tipos de pan -blanco, negro y centeno-, hay una enorme variedad y eran excelentes. Un lugar muy recomendable.

Mientras comemos nos llama la atención la tranquilidad que se respira en un sitio tan céntrico. Por la ancha y extensa calle que tenemos a la vista –H.C. Andersens Boulevard- hay momentos en los que sólo circulan bicicletas. Aunque es la hora de comer sorprende la tranquilidad y escasa circulación de vehículos.

Seguimos nuestra ruta. Desde la Plaza cogemos el inicio de la famosa Stroget, calle peatonal y comercial (como Preciados pero a lo bestia), formada realmente por cinco calles seguidas que nos llevará hasta la plaza de Kongens Nytorv.

Animado paseo por estas calles comerciales, con bonitos edificios y plazas y algunas de las tiendas más famosas que hay en Copenhague, como la “Royal Copenhaguen Porcelain”, “Georg Jensen (Joyería), o los almacenes de Bodum.

La Stroget desemboca en Kongens Nytorv, bonita plaza con los edificios del Hotel Angleterre, el Palacio Victoriano del Magasín Du Nord, el Teatro Real, la Embajada de Francia…

Nos dirigimos a Rosenborg, gran espacio verde, con excelentes praderas y jardines. Al fondo el Palacio. A esta hora ya está cerrado y nos conformamos con recorrerlo alrededor y pasear por sus jardines.

Vamos a retornar hacia el turístico embarcadero del Nyhanv, pasando por la cercana Iglesia de Mármol (Marmorkirken), con su espectacular cúpula de 30m de diámetro, está abierta y aprovechamos para visitarla. A muy pocos metros, Amalienborg, espectacular plaza circular rodeada por un conjunto de cuatro edificios palaciegos –residencia de invierno de los reyes daneses- custodiados por la guardia real, con uniformes de estilo ingles y sus llamativos gorros de piel. (Te miran con cara de mala leche si intentas fotografiarlos)

Llegamos al turístico Nyhanv, justo a tiempo para coger la última de las barcazas que nos dará un buen paseo por los canales de Copenhague. Merece la pena el recorrido, prácticamente una hora, en el que visitamos la zona de la Opera, la simbólica Sirenita, la orilla de Christiania, el edificio de la Bolsa y Palacio de Christianborg
Un buen recorrido, que muestra una imagen distinta y muy bonita de la ciudad, desde el agua, muy buena opción para cualquier visita y ver unas cuantas cosas de forma un poco más descansada.

Para finalizar, cerveza en una de las terrazas del animado Nyhanv, y paseo de vuelta, ya anocheciendo –con el encanto del Copenhague iluminado- hasta el Radisson Sas, para recoger el coche y retornar hasta Hejlsminde.

Cansados, pero con el buen sabor de boca de un magnífico día que habíamos pasado en Copenhague. Muchas cosas en el tintero que tal vez provoquen una vuelta a esta ciudad –y alrededores, olvidándonos del resto- en la próxima primavera.


 


Nos quedamos con las ganas de cruzar a Suecia, pues Malmoe esta a poco más de 30 km., media hora de viaje. Y cruzar el espectacular puente de Oresund, del que habíamos tenido una vista increíble al aproximarse el avión en su llegada al aeropuerto.

Imagen de ciencia ficción, pues el puente que une Dinamarca y Suecia a lo largo de 18 km. –en unos tramos puente, y en otros túnel submarino- se hunde, literalmente, en el agua.
Autentico foto-montaje de ingeniería, una autopista de 4 carriles, sobre el mar, a la que veras hundirse en el mismo con impredecible final. Desde el avión será una de las imágenes que quedan grabadas para siempre…

4 comentarios:

  1. Buenas Carlos!

    Me preguntas si en O Porto hay mercado de piezas. Verás, esta exposición ya acabó la semana pasada, pero si que había algo.

    De todos modos, Portugal es un paraíso para las clásicas, tienen mucho recambio y excelente nivel en restauraiones.

    Un abrazo!

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  2. Que se met olvidó firmar. Soy Vespadicto.

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  3. Bienvenido Vespadicto, y gracias por la información. Estaré atento para el próximo año, pues Oporto no me pilla mal y Portugal es un sitio muy agradable de visitar. O se que la disculpa es buena.
    Saludos

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  4. Gran post, el día que vaya a Copenhage te voy a someter a un profundo interrogatorio :)

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