lunes, 10 de marzo de 2008

Bajo el Sol de la Toscana

Florencia y la Toscana

Dos años seguidos viajando a la Toscana -durante 10 días el primer año, y 15 el segundo combinándolo con una semana en Roma- son una buena disculpa para contar las impresiones sobre una de las zonas más bonitas y dejar el recuerdo de algunas de las imágenes que nos traemos de ese viaje.

Florencia, Pisa, Lucca, Pistoia, Prato, Vinci, Siena, San Gimigniano..., bellísimas ciudades, cargadas de arte.

Los primeros días transcurren en Florencia, alojados en un bonito hotel -Villa Stanley- a las afueras -en la zona del Sesto Fiorentino-,antigua residencia de una norteamericana con un magnifico jardín y piscina.

Bajo el sol de la Toscana, sobre todo en el verano de 2006, con una ola de calor en el mes de Julio. El lugar más apetecible era la piscina de la Azienda Agricola Mussignano disfrutando de la misma y de sus increíbles vistas. Impresionante paisaje Toscano en esta Azienda de agriturismo, muy cerquita de Empoli y a unos 40 Km. de Florencia. Dos antiguas construcciones, sobre una colina rodeadas de viñedos y olivos, reformadas y perfectamente atendidas por Alexandro y Roberta. Lugar magnifico para descansar y aislarse, ni un ruido. No te cansas de contemplar el magnifico paisaje que lo rodea. Era Julio y a poco más de las 5 de la mañana amanecía. Del silencio más absoluto emerge el sonido de los pájaros, las pequeñas liebres que - a esas horas- correteaban al lado de la piscina, el primer canto de los gallos de otras granjas cercanas y el sonido de las campanadas de un reloj dando las seis de la mañana.



Los colores que cambian al atardecer, hasta que el sol se oculta detrás de alguna colina, y poco a poco, se apagan los cantos de l0s pájaros. Llega la noche con el silencio más absoluto. Increíble paisaje el de esta tierra Toscanas.

Autentico domingo italiano en Lucca, pequeña y tranquila ciudad; fuera del circuito turístico. Rodeada de una bonita muralla convertida en un paseo ajardinado, en el que puedes andar o circular en bicicleta bordeando la ciudad. Tranquilidad absoluta, a la salida de misa, con música y desfile de majorettes incluido; parecía una película italiana de los 60. Muchas calles peatonales, un placer para pasear y ver la apacible vida de un día de domingo.

Puccini estaba presente en la vida de la ciudad, se celebraba un certamen musical en honor del genial músico que nació en esta ciudad.

Siena, con la Plaza del Palio abarrotada de gente, como el resto de la ciudad que soporta una gran presión turística -demasiada para mi gusto- Bellisima plaza, en forma de concha. Pequeña ciudad que parece vivir de cara a los visitantes. El Duomo, la Iglesia de Santo Domingo, la casa de Santa Caterina... Calles con antiguos palacios y casas, y cuestas ... muchas cuestas que nos hacían envidiar a la paloma que bebía de la fuente en la Plaza. La Piazza es por si misma todo un mundo, se pueden pasar las horas muertas observando lo variopinto de sus visitantes. Sentados en las terrazas que la rodean, o directamente en el suelo, cualquier sitio es bueno.

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