miércoles, 15 de agosto de 2012

Un viaje a la Provenza

El país de la lavanda

LaProvenza-1 Campo de lavanda en las cercanías de Sault

Estas son las impresiones generales después de recorrer durante 9 días –comenzando el 4 de Agosto- la Provenza.  El viaje se realizó en coche, tras algunas dudas, hace mucho que no realizamos un recorrido tan largo, finalmente será la opción elegida. Ir a Madrid, volar a Marsella,  allí coger un coche nos va a llevar tanto o más tiempo que desplazarnos desde León.

Como me resisto a conducir más de 800 Km. buscamos una ciudad que tuviera interés para llegar al mediodía y pasar la primera noche. Dudamos entre Toulouse y Carcassonne, eligiendo está última. Es una población pequeña, mejor cuando ya llegas harto de conducir,  con el atractivo de conocer la fortaleza y ciudad medieval mejor conservada de Europa.

Carcassonne-1 Carcassonne. La lluvia deja paso al arco iris

Un buen madrugón y a las 4 de la mañana salimos de León. Viajamos por autopista hasta Carcassonne; a partir de Burgos echando mano a la cartera para los peajes. Nos llama la atención la cantidad de tráfico que hay en sentido contrario en la León-Burgos, desierta a cualquier hora. Será la constante del viaje, es el primer fin de semana de Agosto,  supongo que muchos franceses comienzan sus vacaciones y los portugueses regresan a pasar unos días a su país. Veremos retenciones kilométricas en sentido contrario para cruzar la frontera de Hendaya.

En las autopistas francesas también mucha circulación, las áreas de servicio a tope.  Se conduce un poco más rápido –limitadas a 130 km/h en seco y 110 con lluvia-. Soportamos algún tramo de circulación lenta, en la proximidad de poblaciones, o provocados por las autocaravanas. ¡Que afición! a viajar en ellas o con roulotte, y a llevar los vehículos hasta  arriba de trastos. Incluida la bicicleta colgada de mil maneras. No van de vacaciones sin ella. La vuelta será mucho más fluida, confirmando que cruzamos Francia en plena operación salida.

El viaje también sirvió para derribar algunos tópicos: el combustible es caro en las áreas de servicio de las autopistas, pero fuera de ellas lo encontramos al mismo precio, o más barato, que aquí y todavía no ha subido el IVA… y mantener otros: para nosotros es caro comer y alternar en Francia. Libramos mejor en poblaciones grandes como Aix en Provence o Avignon –tal vez por la competencia existente- pero en localidades pequeñas nos “crujían” para comer o cenar.

Carcassonne-2 Carcassonne. Anochecer desde el Pont Neuf

Con 820 Km encima llegamos a Carcassonne (La Cité), donde pasamos la tarde y la primera noche. Bonita y animada la ciudadela –fin de semana con festival medieval incluido- y solitaria y muerta la ciudad nueva, al otro lado del Pont Neuf. Será lo normal en las poblaciones pequeñas, salvo alguna muy turística, una vez que cierra el comercio no queda ni el apuntador.

Nimes-1 Nimes. Las Arenas

La siguiente etapa nos llevará hasta Nimes (Entre Galos y Romanos), a unos 200 km, estuvimos media jornada, camino de nuestro alojamiento para 3 días en Maussane les Alpilles, pueblecito muy cercano a St Remy, en pleno corazón de la Provenza.

Realizamos el recorrido en la mañana del domingo, sigue habiendo mucho tráfico, vamos dirección a la costa y ya tenemos las primeras vistas del Mediterráneo, en las inmediaciones de Montpellier.

Señal-1

Comienzan las retenciones, como no llevamos ninguna prisa, abandonamos la autopista antes de Nimes. Cansados de ver el anodino paisaje que ofrecen y que hace posible cruzar un país de un lado a otro sin enterarte de nada. No sabemos si será buena idea o nos meteremos en un atasco peor, como nos hizo presagiar el cruce de los dos primeros pueblos, con semáforos que provocaban una buena retención.

Resultó un acierto, durante el resto del viaje circulamos por carreteras de todo tipo. Nacionales de dos carriles en cada sentido, con arcenes, sin ellos, pintadas, sin pintar, hasta solitarias carreteras de cuarto orden el día que recorrimos las gargantas del río Nesque.  Los desplazamientos diarios previstos no eran muy largos –entre 60 y 100 km- y no volveremos a entrar en las autopistas francesas hasta el viaje de vuelta.

Ciclistas-1 No hay carretera sin ciclistas

Había leído que podía haber mucho tráfico por la zona  en esta época. No hubo problema y se circulaba  de forma fluida entre los innumerables pueblos que recorrimos. Seguro que algunos desplazamientos por autopista ahorran tiempo, pero privan del bonito paisaje de la Provenza. Las carreteras convencionales son un retorno en el tiempo, bordeadas de arboles, con un paisaje que aquí hace muchos años que desapareció en aras de la seguridad.

Arles-1 Arlés. Detalle del teatro romano

Con la base de operaciones en Maussane recorrimos el viejo Arlés, la animada Aix en Provence, la dormida Salón de Provence, la ciudad papal de Avignon (La ciudad de los Papas), la súper-turística Les Baux (400 habitantes & 40.000 turistas)  y la encantadora St-Remy (Un día de mercado), pequeña localidad que, sin tener nada especial, deja un recuerdo imborrable tal vez por su ambiente.

Avignon-1 Avignon. Palacio de los Papas

El cuarto día un corto desplazamiento de unos 60 km sirvió para cambiar nuestra base se operaciones –durante 3 días- a la población de Apt, en pleno parque natural del Luberón.

Fontaine de Vauclause-1 Fontaine de Vaucluse. El río Sorgue, a pocos metros de su nacimiento

Desde aquí llegamos a pueblos con un encanto especial, como los situados a las orillas del rio Sorgue. Bonitos canales que conforman  L'Isle-sur-la-Sorgue (Los pueblos del río Sorgue) como una población de pequeñas islas; y que decir de Fontaine de Vaucluse sorprendente paisaje donde el río Sorgue nace de la nada, emergiendo de la tierra con un caudal impresionante.

Paisaje-1 Camino hacia Les Baux

Zona de indescriptible valor paisajístico, ganamos altura por los campos hortícolas, entre fincas de perales, manzanos, cerezos, vides, olivos,  para llegar hasta Sault, localidad con gran producción de lavanda, símbolo de la región. Sabíamos que ya era tarde para verla –la época más apropiada es el mes de julio-. Hubo suerte y antes de descender al valle de Sault disfrutamos del espectáculo de los campos de lavanda florecida o a punto de florecer. Sensación inolvidable adentrarse en los surcos de lavanda, con un color indescriptible y empaparse de su aroma. Siempre acompañado del zumbido de los miles de insectos realizando su trabajo de flor en flor, sin descanso.

Mercado-1 En el mercado de St-Remy

Desde Sault subimos al “gigante de la Provenza”. El Mont Ventoux (El Gigante de la Provenza), montaña mítica que roza los 2.000 m. Visible muchos kilómetros a la redonda, con la inconfundible corona de piedra caliza que –en la distancia- hace parecer que siempre esté nevado. Desde la cima donde nace el Mistral nos sentimos impresionados por las vistas de los Alpes, son formidables.

Vinedos-1 Viñedos al pie del Mont Ventoux

Nos retorcimos por la sinuosa carretera de la garganta del río Nesque, aunque no nos impresionó tanto como debiera, quizá porque acabábamos de descender el Mont Ventoux.

Llegamos a paisajes emblemáticos como la Abadía de Senanque (La Abadía del espliego), famosa por los campos de lavanda que la rodean, en agosto ya segados.

Gordes-1 Gordes a la luz del atardecer

Desde Apt recorrimos los cercanos pueblos de “piedra”, colgados en laderas como Gordes (La ciudad de piedra); sobre una montaña de ocre como Roussillon (El pueblo del ocre); rematados por un castillo renacentista como Lourmarin –uno de los más bonitos-, con el atractivo de un día de mercado que pone el pueblo a reventar. 

Roussillon-1 Roussillon. El pueblo del ocre

Unos días hicimos recorridos tranquilos que finalizaban a media tarde en la piscina del hotel, otros acabamos reventados caminando por pueblos rompe-piernas. También hubo tiempo para tomar un pastis al anochecer, sorbo a sorbo, observando el ambiente, sentados en la terraza al lado de los mayores del pueblo; o escuchar música en vivo en el ambientado St-Remý mientras nos atendía un joven camarero de Jaén.

Para finalizar el viaje volvímos a pasar la última noche a unos 800 km de León, el lugar elegido fue Castres, en una zona de montes del Midi-Pirineos.  Llegamos desde Apt a media tarde, huyendo de ciudades y pueblos, cruzando las lagunas de La Camargue y pasando la mañana en la playa natural de Séte. Brazo de arena de 13 kilómetros donde sentimos el placer de bañarnos en las aguas cálidas del Mediterráneo.

Sete-1 Séte. Kilométrico arenal virgen en el Mediterráneo

El último día palizón final de kilómetros, aliviados por el aliciente de los campos de girasoles interminables entre Castres y Toulouse. Cruzamos la frontera cerca de la hora de comer y nos detenemos en Zarautz, población y playa muy cercana a la autopista. Domingo caluroso, donde disfrutamos unas horas de la playa norteña y nos damos un homenaje en el paseo marítimo a precios –por fin- más acordes con nuestra economía.

Zarautz-1 Playa de Zarautz

En la playa de Zarautz el último “click”,  la Canon indica que la tarjeta de 16 Gb esta llena. Cerca de mil imágenes –unas cuantas para eliminar- serán la memoria imborrable del viaje a la Provenza. Aquí irán apareciendo las mejores.

Mapa de la zona recorrida partiendo de Massaune les Alpilles

Mapa1 Mapa de la zona recorrida partiendo de AptMapa2

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