Callejeando por Venecia

Piérdete

Una de las mejores formas de conocer la ciudad y disfrutar de la misma es callejear sin rumbo definido. Además de los atractivos turísticos que tan bien nos describen las guías, hay una Venecia cotidiana con mucho atractivo. Callejones estrechos, plazuelas con encanto, casas desconchadas –parecen tener mil años- con ropa tendida en las ventanas. La ciudad no es muy grande y no hay temor a aparecer a gran distancia y con dificultades para regresar, siempre habrá un vaporetto a mano.

Unos días en la ciudad nos hacen que conocer la particular nomenclatura de sus calles.

Algunos callejones tienen la denominación italiana de “calle”.  Por ejemplo, en la foto la “calle Stretta”. Su nombre es toda una declaración de intenciones, tiene apenas la anchura de una persona, la encontramos en la zona del mercado de Rialto. Más frecuente es encontrar una “salizzada” - calle principal pavimentada desde antiguo-, una “rugga”- calle comercial de cierta anchura donde hay tiendas y talleres de artesanía-; o una “fondamenta” -paseo a lo largo de un canal-.

El “sottoportego” es un callejón que pasa por debajo de los edificios. Creo que el más famoso es la entrada al Gheto Novo (en la foto), menos habitual es un “ramo” –calle lateral que une otras dos más anchas- aunque pueden ser canales, con lo que el ramo acaba siendo un callejón sin salida.

Varias veces, paseando, hubo que deshacer el camino al llegar a calles sin salida o que acababan en un canal.

En Venecia sólo hay una “Piazza” que merezca ese nombre, la de San Marcos. El resto responde a la denominación de “Campo”. Históricamente el nombre marcaba la diferencia entre la plaza pavimentada de San Marcos y el resto de plazas sin pavimentar.

En la foto el Campo S. Luca. Animada y bonita plazoleta, siempre concurrida de turistas y venecianos, los primeros la cruzan en sus desplazamientos hacia el centro y los segundos hacían un alto en su trabajo para tomar un café y pasteles en una confitería que a todas horas estaba llena.

Por último el “rio terá” –corresponde a un antiguo canal cegado con tierra-. Desconozco si a esta lista le falta alguna otra denominación del particular callejero. En la foto el rio terá del Assassini, el nombre responde a un antigua historia que hace referencia a los “defenestrados” que, con frecuencia, aparecían en el canal cercano.

Los lugares turísticos no tienen perdida, hay señalización en las calles que te indican las direcciones principales. Otra buena manera de orientarse en seguir a la gente. Si uno desaparece por alguna calle estrecha y solitaria solo hay que buscar una transitada y rápidamente volveremos a algún lugar conocido, sigue a la gente hacia el lado que hay más circulación.

De noche es fácil perderse, incluso sin quererlo. Venecia está plagado de callejones poco iluminados y se pierde el sentido de la orientación, con la dificultad añadida de la falta de luz para consultar el mapa. Alguna vez nos encuéntranos en una calle o plazoleta a menos de 50 metros del lugar o trayecto que queríamos retomar y no había manera de saber cual era el lado bueno. De noche paseamos por calles y plazas totalmente desiertas, sin ningún temor o inseguridad. La Venecia nocturna es muy solitaria.

¿Sirve para algo el GPS en Venecia?

Si; para pasar el rato.

Llevábamos uno y pronto comprobamos como era muy fácil perder la cobertura de los satélites. La mayor parte de la ciudad esta formada por pequeñas plazas, calles  y canales estrechos, donde el mensaje de “perdida de recepción de satélites” del Garmin era constante. Sirvió para comprobar que el mejor GPS en Venecia son sus habitantes. Las pocas veces que recurrimos a ellos, amablemente nos dieron las indicaciones precisas.

Había leído que sucedía un poco como en Roma, donde los ciudadanos están saturados del turismo y no muestran muchas ganas de agradar ante las preguntas de los visitantes. Me pareció lo contrario. Recuerdo como en el Campo de Santa María Formosa buscaba, apoyado en el pozo que hay en el centro, la libreria Acqua Alta; sabía que estaba en una bocacalle y no era capaz de localizarla con el GPS. Cerca, un muchacho jugaba con su hijo pequeño, le pregunté utilizando unas pocas palabras en italiano y resolvió la duda en un momento; el sabía más español que yo italiano y amablemente nos indico la dirección correcta.

Piérdete en Venecia, verás muchas cosas que no vienen en los libros.