La Ciudad Vieja
Cáceres, vista del casco antiguo desde la torre de la Catedral
Hace tiempo que tenemos ganas de conocer Cáceres, y el momento adecuado surgió cuando menos lo esperábamos: En pleno Julio. Acostumbró a huir de las altas temperaturas como del demonio, no las soporto, pero el fin de semana del 7 al 9 de Julio buscábamos destino para disfrutar del verano, en León hay poco más de 20º y lo mismo anuncian por la zona norte, nada de planes para ir a la playa. Queremos un poquito más de calor.
Vemos que en Cáceres dan máximas de 30º, así que buscamos alojamiento para un fin de semana largo y conocer la ciudad. En esta época no hay mucha demanda y se puede elegir. Nos decantamos por el Hotel Extremadura, no tan céntrico como otros que vemos, pero a una distancia razonable del casco antiguo para llegar caminando y –sobre todo- tiene una piscina donde pasar las horas de la tarde de más calor.
El viernes hacemos noche en Salamanca y, sin madrugar mucho, el sábado reemprendemos el viaje por la A-66 con destino a Cáceres. La Ruta de la Plata tiene poco tráfico y en dos horas llegamos a la ciudad. Dejamos el equipaje y nos olvidamos del coche durante un par de días.
Calle Pintores
Desde el hotel un paseo de 15 min, hasta la cercana Plaza de América y recorriendo el ajardinado Paseo de Cánovas para embocar la estrecha calle Pintores, zona comercial antigua que nos llevará hasta la Plaza Mayor.
Plaza Mayor. A la dcha. la Torre de Bujaco, enfrente bares y terrazas.
La Plaza Mayor es el punto de entrada principal a la ciudad monumental. En el lado oeste casas de 3 pisos, blancas, con soportales de arcos rebajados. En los bajos bares, restaurantes y alguna tienda. Unas buenas terrazas que acaban siendo el centro de operaciones de los visitantes, es el lugar más animado como veremos estos días.
Torre de Bujaco, ermita de La Paz, y a la derecha la Torre de los Pulpitos
Al lado este queda parte del lienzo de la muralla, con la torre de Bujaco, el arco de la Estrella y la torre de los Púlpitos.
Bonita plaza rectangular, ligeramente en cuesta, con el Ayuntamiento dominando el lado sur. En su historia ha conocido ferias, torneos, mercados y corridas de toros.
La Plaza Mayor hacia el lado sur, con la fachada del Ayuntamiento.
Una caña fría y una tapa es buen acompañamiento para sentarse en una terraza y contemplar algunos de las construcciones más interesantes de la ciudad; las tenemos enfrente.
Torre de Bujaco, al pie la ermita de La Paz, subiendo la escalera se deja ver el arco de la Estrella
Torre de Bujaco, emblema cacereño, situada en el centro de la Plaza. De unos 25 metros de altura fue construida en el siglo XII, también llamada Torre Nueva o del Reloj, este último nombre por el gran reloj que tuvo hasta que fue trasladado en el siglo XVIII a la iglesia de San Mateo.
Ermita de la Paz, adosada al pie de la Torre de Bujaco. Levantada en el siglo XVIII sobre antiguos restos de una capilla renacentista. Tiene una bonita puerta enrejada, se encuentra abierta en horarios de misa.
Arco de la Estrella, subiendo la escalera situada al lado de la ermita encontramos la entrada principal al Cáceres histórico. El amplio arco, para facilitar la entrada de carruajes, fue sufragado por la familia de los Toledo-Moctezuma, su palacio está a unas docenas de metros del arco. Diseñado por Churriguerra debe su nombre a la imagen de la Virgen de la Estrella situada en el lado interior de la puerta.
Torre de los Púlpitos, recibe el nombre por los matacanes cilíndricos, que recuerdan un púlpito. En ella, Isabel la Católica juró respeto y acatamiento a los Fueros de la ciudad.
Torre de los Púlpitos
Por la puerta de la Estrella accedemos al Cáceres histórico. La Ciudad Vieja, muy bien conservada, es la muestra del esplendor que alcanzo la ciudad en la época de la Reconquista y el descubrimiento de América. Extremadura fue tierra de conquistadores y muchas familias extremeñas participaron en los viajes donde hicieron fortuna y regresaron ricos.
Las familias nobles construyeron palacios y casas señoriales, que han llegado hasta nuestros días. Tal vez el esplendor de una época se conservó gracias a la decadencia de otras posteriores, el decaimiento de la ciudad en el último siglo la salvó de los destrozos urbanísticos practicados en otras.
Calles y casas de piedra conforman un entorno único para un buen paseo. El recorrido se sucede a lo largo de casas nobles, palacios y alguna puerta de acceso a la ciudad.
Adarve de la Estrella y Palacio de La Generala
Calle del mono y rincón de la Ciudad Vieja
Juan de Sande mandó levantar esta torre (siglo XV), hoy cubierta de enredadera
Casa de los Cáceres Ovando y torre de las Cigüeñas
En la Plaza de San Mateo la Casa de los Cáceres Ovando. El edificio tiene una de las torres más bonitas. Llamada la torre de las Cigüeñas por el gran número de ellas que anidaban.
Todas las torres de la ciudad fueron desmochadas en 1476 por una orden de los Reyes Católicos, para impedir que ningún señor feudal se atreviera a desafiar a la Corona. El capitán Diego de Cáceres Ovando recibió en la misma orden la autorización para construir su casa de la manera que quisiese –torre incluida- como agradecimiento a la amistad y vasallaje del capitán.
Hoy es la sede del Gobierno Militar, se puede visitar el patio interior, de dos pisos con arcos y columnas construidos en granito; y algunas dependencias donde se expone una colección de armas que comienza con espadas de la Edad Media.
Casa de las Veletas – Museo de Cáceres
Llegamos hasta el Museo Provincial (Plaza de las Veletas, 1- entrada gratuita) que ocupa dos edificios históricos. El primero, en la Casa de las Veletas –o del Aljibe- se exponen las secciones arqueológica y etnográfica. La arqueológica se extiende desde el Paleolítico Inferior hasta la Edad Media. Interesante exposición de la cultura romana, con muchos objetos encontrados en la cueva de Maltravieso.
El edificio, construido sobre un solar que fue alcázar Almohade alberga un aljibe árabe, del siglo XI o XII, una de las estancias más interesantes del recorrido.
La colección etnográfica reúne atuendos, objetos y herramientas para conocer el modo de vida –principalmente agrícola- del siglo pasado.
En el segundo edificio –la Casa de los Caballos- la sección de bellas artes. En su mayoría arte contemporáneo, hay obras de Tápies, Saura, Grupo Crónica, y una sala con arte medieval.
Caminamos hasta la zona más alta y desde allí emprendemos la bajada hacia la antigua judería. Calles estrechas, en cuesta, unidas por pequeñas plazas. Con casas modestas de una o dos plantas pintadas de blanco.
Estamos en el otro extremo de la Ciudad Vieja y remontamos hacia la Plaza de San Jorge, bonita plaza de la que hay una buena vista desde la escalinata de la iglesia de S. Francisco Javier.
Plaza de S. Jorge. Abajo, iglesia de S. Francisco
La Ciudad Vieja; inmejorable marco para la Sanglas 400 que nos encontramos
Continua nuestro recorrido hacia la Plaza de Santa María, dominada por la Catedral, no nos detendremos a visitarla pues está próxima la hora de cierre. Quedará para la mañana del domingo.
Palacio Episcopal (izq), y Palacio de Carvajal
Enfrente el Palacio Episcopal, con su parte más antigua datada en el siglo XIII y fachada renacentista, a los lados el Palacio de Carvajal y el Palacio de Mayoralgo.
Palacio de Mayoralgo, recientemente restaurando según denota la piedra
Aprieta el sol y se acerca la hora de comer. En la zona histórica apenas hay 3 o 4 restaurantes. De alguno –por recomendable- hablaremos más tarde.
Cruzamos el arco de La Estrella hacia la Plaza Mayor para comer en una de las terrazas, no hace mucho calor y venimos ávidos de buen tiempo. Hay una amplia oferta y vemos que los precios son contenidos para lo que se estila en otras ciudades. En Cáceres tienen la buena costumbre de acompañar la consumición con una tapa, en general variada y abundante. En la terraza de La Minerva despachamos un arroz negro con calamares, solomillo con boletus y de frite cordero extremeño.
Regresamos al hotel por las calles ahora desiertas buscando descanso. Un buen baño en la piscina nos dejará nuevos para salir al caer la tarde.
Cáceres
Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1986, tiene uno de los conjuntos urbanos de la Edad Media y del Renacimiento más completos del mundo. Población de unos 95.000 habitantes.
Que ver
Plaza Mayor
Concatedral de Santa María
Palacio de las Veletas (Museo Provincial)
Torre de Bujaco
Arco de la Estrella
Palacios de los Golfines
Casa del Sol (Foto dcha.)
Alojamiento
Hay una amplia oferta hotelera. En la Ciudad Vieja el Parador y un hotel de lujo (Atrio *****), en la zona de la Plaza Mayor algún hotel de buen nivel (NH Palacio de Oquendo ****) y varios de pequeño tamaño. Es buena zona con una precaución: algunos están ubicados en calles de marcha y si no es lo que vamos buscando pueden resultar ruidosos en fin de semana.
Fuera de la zona antigua el Hotel Extremadura (****), -instalaciones modernas, piscina- a unos de 15 min. del centro.
Más lejos el Barceló Cáceres (****), moderno y con buenas instalaciones, pero a una distancia que hace imprescindible el coche.
Las opiniones en Booking, Tripadvisor o Trivago nos pueden orientar en la elección.
Donde comer
En la zona histórica:
Hay un par de restaurantes con fama y de lujo (Atrio y la Torre de Sande); el precio también es del mismo nivel.
Dos locales, con tapas de diseño, que recomiendo conocer. Mesas altas con taburetes y decoración agradable en los dos, aunque de estilo totalmente distinto. Oferta gastronómica variada con tapas de cocina creativa, muy buenas y en cantidad abundante –son adecuadas para compartir; con dos comes-. Precio entre 4 y 5 euros/tapa. Merece la pena visitarlos; pero ten en cuenta que son locales pequeños y suelen estar llenos.
La Cacharrería – C/ Orellana, nº 1.- Ensalada templada de pollo y setas.
Secreto ibérico con dátiles, salsa de pesto y puré trufado. Albóndiga de retinto con semillas, fluido de torta del casar y salda de naranja. La Tapería.
La Tapería. Plaza de San Mateo. Otra forma de comer en el restaurante de la Torre de Sande. La Tapería está a la vuelta de la esquina.
El entorno de la Plaza Mayor está lleno de bares y restaurantes. La Plaza es buen lugar por la vidilla que tiene. A un paso la Plaza de San Juan, con muchos locales en un entorno agradable y tranquilo.
Que comprar
Quesos extremeños, de cabra y oveja, mucha variedad y calidad; incluida la famosa torta del Casar.
Mermelada de frutas elaborada con las cerezas del Jerte. Embutidos ibéricos. Aceites, como los producidos por La Chinata. Pimentón de la Vera.
Delicatesen como el bombón Rabito Royale, higo recubierto de chocolate.
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