Fotos de los entrenamientos
GP 125 cc.
Sábado por la tarde, comienzan los entrenamientos del 51 GP de La Bañeza, hay una excelente inscripción con más de 130 participantes, la mayor de la historia.
Con mucho calor, y un poco de retraso, salen los participantes en la categoría de Clásicas 2T. Habrá 2 tandas para elegir los cerca de 40 pilotos que mañana saldrán en esta categoría. Es la categoría que registra más participantes.
Clásicas 2T
Las motos, como siempre, cuidadas al máximo. En esta categoría una legión de las indestructibles motos españolas. Bultaco Metralla, alguna Montesa Impala y las llamativas Ossas, en las que predomina su clásico color de guerra blanco y verde, herencia de la mítica Ossa monocasco con la que Santi Herrero dejó una huella imborrable en la historia del motociclismo. Mucho mono de cuero negro –como corresponde a la época- y solo falta el casco Cromwell y las gafas de aviador (no lo llevan porque esta prohibido).
Se va calentando la tarde –y los pilotos-, vemos unas buenas pasadas, incluida una exhibición en el llamado “sacacorchos” de La Bañeza de cómo afeitar las balas de paja sin pegársela.
El piloto de la Ossa (en la foto izquierda) se le veia con ganas y cada vez entraba más fuerte en la curva; cosas de la “juventud”.
Se llevo una buena “ración de pasto” con la moto y a partir de hay se lo tomo con más calma.
(Izqda.) La Bultaco Metralla del Tejo no falto a la cita. (Dcha.) Ossa 250, impecable.
Así de cerca nos pasan en el circuito urbano
A las dos mangas de entrenos de la categoría más concurrida le sucede el tiempo para las Clásicas bicilindricas 2T. Por desgracia la participación escasea, media docena de motos, Yamaha TZ, Honda RS y una JJ Cobas. Son las 250cc del mundial en torno a la década de los 90.
Esta categoría, nueva en el GP, contaba con el atractivo de ver a uno de los pilotos españoles que más carisma y pasiones arrastró en su carrera. Joan Garriga mantuvo una lucha hasta la última carrera del año 1988 con Sito Pons por el titulo de Campeón del Mundo. Sería el primer título de Sito. Garriga es un tío que llegaba al público, lejos de la impresión fría y calculadora que transmitía Sito Pons. Aquí, cosa rara, corrió con una Honda RS.
Garriga en los entrenos, con un estilo inconfundible.
Hay que reconocer, que aunque comienzan a tener sus años el circuito se queda pequeño para la potencia que dan.
Esperamos que el motoclub consiga mantener esta categoría, seguro que es complicado, no hay muchas máquinas de este tipo, y las que hay, hacerlas correr, aunque sea poco, es complicado.
Yamaha TZ
No dejan de ser motos de Gran Premio con una tecnología complicada –ya no hablamos de motos de los años 60 o 70- y seguro que cualquier percance o avería tiene un costo altísimo. Es un lujo ver y oír estos motores por las calles bañezanas.
Con el equipo de Garriga venían un par de motos de 500cc., una Yamaha YZR y una Suzuki RGB con los colores del Nava Olio Fiat, equipo donde corrieron entre otros, Luchinelli, Virginio Ferrari o Graziano Rossi (el padre de Valentino).
Yamaha y Suzuki, las dos 500 cc, impecables que vinieron a La Bañeza
El domingo Garriga dio unas vueltas de exhibición con la Yamaha 500 y el potencial que tenían estos monstruos con motores de dos tiempos se resume con las declaraciones que después hizo a la prensa: “No pude meter segunda, es un circuito muy complicado”… Vamos, que si enrosca el mango hay que ir a buscarlo a Astorga.
Llegaba la hora de las 125 cc GP, aquí sube la adrenalina a tope, pequeñas y manejables son las motos ideales para este tipo de circuito y a pesar del peligro que entraña –pintura en el asfalto, balas de paja, farolas, bordillos y señales- vemos como algunos se suben por las paredes. Con la emoción añadida de que situados el borde del circuito hay sitios donde te pasan a dos metros, se siente claramente el rebufo de la moto. Ruedan en torno a 1’12” por vuelta, muchos segundos más rápidas que las de cualquier otra categoría. Como en los últimos años hay una buena participación. Con estas motos modernas es donde se echa de menos el circuito permanente, del que para nada nos acordamos cuando vemos rodar las clásicas.
Empieza a escasear la luz y la mayoría del público se ha ido –no sé si la hora del cenar o el futbol-cuando oímos tronar en la recta a las Clásicas 4T. Esta manga es un museo andante.
Máquinas en perfecto estado de conservación. Reliquias envidiadas por cualquier aficionado a la moto, con una gran representación de las marcas históricas.
Desde una BMW con motor bóxer, muchas Ducati –que bonitas; otra muestra del gusto italiano para el diseño-, las checoslovacas Jawa. No faltan ejemplares de las antiguas motos inglesas, las Sheeley (imagen dcha.) o una máquina de leyenda: Norton Manx.
Braman las cuatro tiempos por las estrechas calles y vemos como los pilotos las van apretando. Sus tiempos están a poco más de 2 segundos de las ligeras Clásicas 2T. Todas tendrían que llevar una jubilación dorada, pero la fama y el mito que forjaron en sus años mozos hacen que las tengan trabajando duro, con la edad de retiro hace mucho superada. Un espectáculo único en este circuito callejero, nos hace remontarnos a la época del blanco y negro.
Ultima vuelta por los boxes, donde unos cenan o descansan, otros tienen la moto abierta y les espera buena tarea para tenerla lista mañana. Nos vamos ya casi de noche y nos llevamos las últimas imágenes de las motos bajo las carpas y los pistonazos roncos de las 4T metido en la cabeza. Hasta la próxima edición.
La jornada de entrenamiento del sábado tiene la ventaja de la menor afluencia de público, que posibilita moverse por el circuito, estar siempre en primera fila y el recorrido que se puede hacer por los improvisados boxes. El domingo hay tal cantidad de gente que es casi imposible moverse, hace un par de años que no voy el día de la carrera, habrá que “sacrificarse” y en los próximos años ir el sábado y el domingo.
La “segunda piel” de Joan Garriga (izq.)
Culata de una Bultaco Metralla en cuidados intensivos (dcha.)
Muy buen reportaje, muy interesante, gracias.
ResponderEliminar