Quinta do Seixo
Con más de 200 años de antigüedad Sandeman es una de las bodegas más prestigiosas y conocidas del vino de Oporto. Su historia se remonta a 1790 cuando el escocés George Sandeman empezó a comercializar vinos de Portugal y de Jerez. En el corazón de la región del Duero, a escasos 5 km de Pinhao se encuentra una de sus bodegas, rodeada de 99 hectáreas de viñedos y en la que se produce vino de Oporto y de la denominación controlada Douro.
La Quinta do Seixo recibe su nombre de la antigua denominación popular de su tipo de suelo. Un suelo pizarroso denominado tradicionalmente “seixo” en la zona. Situada en la orilla izquierda del Duero tiene una magnifica vista del rio y de la cercana localidad de Pinhao.
Como es posible realizar una visita guiada a la bodega y una cata de vino de Oporto, no dudamos en visitarla. La Quinta es un lujo, se va ascendiendo por una carretera de acceso empedrada, que recorre la ladera hasta alcanzar las instalaciones de la bodega. No nos cansamos de admirar como están cuidadas las viñas.
Es una bodega de diseño moderno, equipada con la última tecnología. En un entorno muy cuidado, nos hicieron un pequeño recorrido por las salas que tienen abiertas a los visitantes.
Conocemos un poco de su historia y recorremos alguna de las salas en las que reposa el vino. En unos casos en las pipas y en otros, ya embotellado.
Se puede observar el funcionamiento de un lagar robotizado, viendo como la moderna máquina se desplaza y tritura la uva.
Lagar robotizado de Sandeman
El recorrido por las instalaciones acaba en la sala de cata y tienda anexa. La visita, por el módico precio de 4€ incluye la cata de dos tipos de vino de Oporto diferente, o por 14€ cinco vinos de Oporto distintos. (El problema viene luego al bajar la serpenteante carretera…).
En la sala abierta a la terraza, con unas vistas impresionantes y la decoración cuidada al último detalle nos relatan la historia y características de los Oportos que vamos a degustar.
Hasta 12 Oportos diferentes producen. Desde un blanco –muy adecuado para el aperitivo-, hasta los vintage, algunos con más de 40 años de envejecimiento.
La terraza, reflejada en la barra de la sala de cata
Excelentes vinos ofrecidos en un entorno excepcional. Desde la terraza se recorre con la vista una gran parte de la finca y sus cuidados viñedos, siguiendo con la vista el Duero hasta el recodo donde está Pinhao.
Para terminar, el paso por la tienda y llevarnos unos “recuerdos”. De esos que te acompañan tintineando en el maletero, y que tan buenos recuerdos causan al descorcharlos. Botellas que además del vino, traen dentro un poquito del viaje.
Tienda de la Quinta do Seixo y sala de catas. Abajo vista hacia la terraza.
Lo importante después de esas catas, es que hayas encontrado el camino de vuelta ...
ResponderEliminarHa sido una auténtica sorpresa encontrar este blog ... aunque, la verdad, las circunstancias han facilitado la situación. Cosas de los viajes.
Ya comentaremos ... en persona.
Saludos
La salida era cuesta abajo y acaba en el Duero, vamos que no hay perdida. ;)
ResponderEliminarMe ha costado un poco reconocerte; con esa mirada sesgada. No sabía de tu faceta blogera; así que te tendré vigilado. Hablamos...
Un abrazo,
Carlos